WASHINGTON, 11 abr (Xinhua) -- David Malpass, quien fue elegido presidente del Banco Mundial la semana pasada, dijo hoy que espera una relación constructiva entre el prestamista internacional y China.
Malpass hizo las declaraciones en la conferencia de prensa de apertura de las Reuniones de Primavera de 2019, que el Banco Mundial organiza junto con el Fondo Monetario Internacional.
Notando que la relación entre China y el Banco Mundial se remonta a muchas décadas atrás, Malpass indicó que China "ha cambiado mucho a lo largo de las décadas" y que el país es "mucho más fuerte" en términos económicos en la actualidad.
En las últimas tres décadas, la relación de China con el Banco Mundial ha ido evolucionando, ya que el país asiático ha pasado de ser un "prestatario principal" del Banco Mundial a "convertirse en más de un donante" a la institución y sus accionistas, dijo Malpass. "Valoramos esa relación constructiva".
Malpass, quien antes de asumir el cargo actual se desempeñó como subsecretario del Tesoro de Asuntos Internacionales de Estados Unidos, recordó que durante su viaje a China en febrero, "habló en términos muy constructivos sobre la relación" entre el Banco Mundial y China con algunos funcionarios chinos.
"Una de las cosas que quiero enfatizar es que compartimos una opinión común de que el alivio de la pobreza, la prosperidad compartida son (no solo) los objetivos clave de lo que debería estar haciendo el Banco Mundial, pero también lo que las naciones de todo el mundo deberían tratar de hacer", dijo.
China, dijo Malpass, "ha tenido un gran éxito en la reducción de la pobreza extrema", y agregó que hasta 850 millones de personas ya no se encuentran en la pobreza extrema a medida que el ingreso medio en China ha ido aumentando durante décadas.
"China tiene algunas lecciones y perspectivas para compartir con el resto del mundo", agregó.
El jefe del Banco Mundial dijo que uno de sus objetivos clave es lograr avances en países que tienen un alto nivel de pobreza extrema o tienen muy poca prosperidad compartida, asegurándose de que puedan hacerlo mucho mejor.
En los elaborados comentarios que pronunció al comienzo de la conferencia de prensa, Malpass dijo que la pérdida de impulso de crecimiento en todo el mundo a lo largo de 2018 "es extremadamente preocupante, porque pone en peligro el objetivo principal del Banco Mundial de acabar con la pobreza extrema para 2030".
Según Malpass, las últimas estadísticas muestran que el número de personas que viven en la pobreza extrema se ha reducido a 700 millones en todo el mundo, "eso significa un descenso en comparación con los altos niveles que se presentaron en las décadas de los años 1990 y 2000", dijo.
Mientras tanto, este número va en aumento en África subsahariana, agregó Malpass.
"Para 2030, casi 9 de cada 10 personas extremadamente pobres serán africanos, y la mitad de los pobres del mundo vivirán en entornos frágiles y afectados por conflictos", señaló.
Malpass afirmó que una de las cosas que el Banco Mundial quiere hacer para reducir la pobreza extrema en la África subsahariana es "tener un programa de país tan efectivo como sea posible".
"Parte de eso es la coordinación con otros donantes multilaterales", dijo, destacando, en particular, su reunión el miércoles con Jin Liqun, director del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, un banco de desarrollo multilateral fundado por China para financiar la mejora de la infraestructura en Asia.
"Tuvimos un muy buen diálogo sobre las formas en que puede haber cooperación que logre programas de préstamos de alta calidad", afirmó Malpass sobre su encuentro con Jin, quien se encuentra en Washington para asistir a las reuniones de primavera.
Malpass dijo que el Banco Mundial, por su parte, "es financieramente fuerte" y se está volviendo "aún más receptivo, eficiente y efectivo", y pidió que los países individuales y la comunidad internacional "eliminen la pobreza extrema".
Establecido en 1944, el Banco Mundial ha establecido el fin de la pobreza extrema y la promoción de la prosperidad compartida como sus prioridades.
Se esfuerza por cumplir la misión reduciendo el porcentaje de personas que viven con menos de 1,90 dólares estadounidenses al día a no más del 3 por ciento, y fomentando el crecimiento de los ingresos del 40 por ciento inferior para todos los países, ambos objetivos a alcanzar para 2030.