Por Victoria Argüello
BUENOS AIRES, 5 jun (Xinhua) -- Las actuales fricciones comerciales entre China y Estados Unidos han afectado al mercado mundial de granos y perjudicado a países como Argentina, cuyos principales ingresos de divisas provienen de la exportación de oleaginosas como la soya y sus subproductos.
Desde que se intensificaron las tensiones entre ambos países, a raíz de que Washington decidió elevar del 10 al 25 por ciento los aranceles a productos chinos por un valor de 200.000 millones de dólares, los precios internacionales de la soya han descendido.
Los precios han disminuido impulsados por los valores de Chicago en Estados Unidos, que a su vez han alcanzado su nivel mínimo en la última década.
El director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Julio Calzada, explicó en entrevista con Xinhua que pese a la recuperación que Argentina ha experimentado este año en términos de área sembrada, producción y cosecha de soya, el problema de los precios ha incidido de manera notable.
"Lo que más le afecta a Argentina es el diferendo comercial entre Estados Unidos y China, que ha impactado muy duramente en los mercados de granos, y ha impactado muy fuertemente en el precio del poroto de soya en Chicago", expresó Calzada.
El directivo de la BCR participó en el Congreso Maizar 2019, que reunió el 28 de mayo pasado a productores locales de granos en la ciudad de Buenos Aires.
La BCR se sitúa en la provincia central de Santa Fe, donde se encuentra el principal polo agroexportador de Argentina.
Agrupa a mercados de valores vinculados al sector agropecuario, así como a cámaras y sociedades de exportadores cerealeros, molineros, semilleristas, industria aceitera y actividades portuarias.
Calzada aseguró que la escalada de la fricción comercial perjudica a Argentina por varias vías, además de que no lo hace solamente por concepto de las exportaciones del grano (poroto), sino también por las ventas de los subproductos.
"Por estar el poroto de soya mucho más barato (...) los ingresos de los productores argentinos se ven afectados", dijo.
"Las fábricas aceiteras norteamericanas consiguen el poroto más barato. Lo están moliendo y convirtiendo en harina de soya y esa harina está entrando en los mercados europeos, donde Argentina vendía su harina de soya en un 30 por ciento del total", comentó Calzada.
Expuso que el producto "estrella" de la balanza comercial de Argentina es la harina de soya, que le genera 10.000 millones de dólares de exportaciones, sobre un total de 59.000 millones de dólares.
"Entonces el hecho de que Estados Unidos esté ingresando en Europa con harina es algo que no beneficia a Argentina", completó el entrevistado.
De acuerdo con estimaciones de la BCR, los precios de los derivados de la soya también han sido una consecuencia de la baja en Chicago.
El precio de una tonelada de aceite de soya está en la actualidad por debajo de los 600 dólares.
Esta situación representa una pérdida significativa, al tomar en cuenta que toda la actividad que gira en torno a la leguminosa (grano, harina y aceite) representa alrededor de la tercera parte de las divisas argentinas en materia de exportaciones, según la BCR.
"En Argentina hay un consenso generalizado de que lo mejor que puede suceder es que las dos mayores economías del mundo puedan acordar los diferendos comerciales que tienen", comentó el directivo.
"Son las dos mayores economías del mundo. Cuando uno suma China y Estados Unidos, estamos hablando del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial", agregó Calzada.
Desde el campo argentino aspiran lograr niveles de precios de hace dos años atrás, que en el caso específico de la soya se explica también por una mayor oferta (sobreoferta) del producto.
En la última década, el producto ha aumentado de unos 120 millones de toneladas a un aproximado de 360 millones de toneladas a nivel mundial.
Para el economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Agustín Tejeda Rodríguez, la caída en los precios de la soya argentina ha sido del 15 por ciento.
"Y por lo tanto, a pesar del aumento en cantidades, en volumen, el valor bruto de la producción de Argentina ha caído como consecuencia de este descenso de los precios internacionales", dijo.
El actual crecimiento del sector "está puesto en duda", sugirió Tejeda Rodríguez, pese a cuatro campañas de crecimiento consecutivo en inversiones en tecnología.
A su juicio, las fricciones comerciales entre China y Estados Unidos figuran como el primero de los "factores que señalamos de ese escenario de precios más bajo".
Esta situación "ha afectado sobre todo la molienda, una molienda muy baja de alrededor de 37 millones de toneladas de porotos de soya", explicó.
"Eso hace que también desciendan las exportaciones tanto de harina como de aceite de soya, que son los principales productos de exportación de nuestro país", añadió Tejeda Rodríguez.
La vulnerabilidad de los países dependientes en gran medida de las exportaciones de productos primarios, también fue apuntada por la ministra de Producción del gobierno de Santa Fe, Alicia Ciciliani.
"Esas fricciones (...) entre dos países tan importantes generan estos problemas en los precios de los 'commodities' (bienes primarios) y nosotros como países productores estamos muy atentos a eso, porque somos vulnerables", expuso Ciciliani a Xinhua.
"Pero yo creo que sobre todo China, que tiene una política muy clara en seguridad alimentaria a nivel global, va a colaborar en que el sistema global de producción de alimentos sea una garantía para todos los que habitamos en este planeta", acotó la ministra provincial.
Entre los productores argentinos impera el interés por la resolución de las diferencias comerciales entre China y Estados Unidos.
Los productores argentinos esperan garantizar óptimos resultados tras una de las mejores cosechas en la historia del país, que en el caso de la soya fue de cerca de 57 millones de toneladas en el ciclo 2018-2019.
El cultivo y procesamiento de la soya en Argentina genera empleos para aproximadamente 250.000 personas, entre trabajos directos e indirectos, según datos de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación.
La actividad agroindustrial del país representa el 18 por ciento del PIB argentino, así como el 65 por ciento de las exportaciones y el 15 por ciento de la generación de empleo.
El campo le aporta a la economía de Argentina en general hasta 28.000 millones de dólares por concepto de exportaciones, sobre un monto de casi 59.000 millones de dólares constituido por las ventas de bienes y servicios que la nación sudamericana exporta a otros países.