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Diario del Pueblo: Las reglas internacionales no son un títere en manos de los políticos estadounidenses

Por Zhong Sheng

Beijing, 14/06/2019 (El Pueblo en Línea) - A los ojos de algunos políticos estadounidenses, el mundo es un teatro para Estados Unidos, mientras que las reglas internacionales son solo un títere en sus manos. En este drama, es Estados Unidos quien decide cómo va la historia.

Entonces, ¿hay justicia en este mundo? ¿Cómo pueden protegerse las reglas internacionales ganadas?

En la actualidad, los políticos en Washington están haciendo discursos fabulosos sobre la competencia leal, mientras presionan a las empresas de otros países en nombre de la llamada "seguridad nacional". Exigen “comercio libre, justo y recíproco”, pero simplemente están evitando los mecanismos multilaterales para ejercer una presión extrema.

Por un lado, estos políticos acusaron a otros países de violar las reglas; por otro lado, están poniendo las leyes nacionales por encima de las leyes internacionales. Incluso llamaron a las contramedidas de China y la Unión Europea una "teoría legal sin fundamento".

Hay demasiados casos en los que Estados Unidos rompe las promesas: la retirada de la UNESCO, del Consejo de Derechos Humanos y del Acuerdo de Asociación Transpacífico, así como la renuncia al Acuerdo de París, el Pacto Mundial sobre los Refugiados y el Plan de Acción Integral Conjunto.

El orden global basado en normas está "claramente amenazado", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y añadió que es impactante que Estados Unidos haya asumido la amenaza de construir la orden. Sus comentarios expresaron la fuerte oposición contra las prácticas estadounidenses de la comunidad internacional.

Es cierto que el orden internacional basado en reglas se estableció bajo el impulso de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el país ahora está amenazando con romper el orden, ya que ve que las reglas actuales no pueden satisfacer su apetito de "América First". Está convirtiendo a la fuerza el orden basado en reglas en una ley de la jungla por la cual solo los fuertes sobreviven.

Los políticos de Estados Unidos, que usan cualquier cosa que se adapte a sus intereses y abandonan lo que no, ven las reglas internacionales como un títere, lo que expone su extremo egoísmo.

Para maximizar sus intereses privados, han destruido el sistema basado en reglas que ha sido ampliamente aceptado por cada país y han dejado al mundo hecho un lío. Además, han revelado su hipocresía y han tratado de colocar a los países en vías de desarrollo en el fondo de la cadena industrial por toda la eternidad.

Según un informe de la OMC, EE.UU es, con mucho, el mayor quebrantador de reglas que ha desobedecido los arbitrajes de la organización. Dos tercios de las violaciones dentro del marco de la OMC fueron causadas por dicho país.

Al descuidar las reglas y usar lo que puedan, los políticos de Estados Unidos toman los intercambios entre los principales países como un juego de suma cero. Constantemente buscan y crean enemigos, y se encuentran atrapados en un trastorno de engaño que su país siempre está amenazado.

Sin embargo, el verdadero enemigo de Estados Unidos no son otros países, sino el propio país que actúa arbitrariamente y persigue el unilateralismo.

El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, dijo recientemente en la XXV Conferencia Internacional sobre el Futuro de Asia que "Estados Unidos quiere tener una situación en la que siempre esté adelante y cuando yo (Estados Unidos) no esté adelante, lo prohibiré y enviaré buques de guerra al otro país. Eso no es competencia, eso es amenazar a la gente".

Los políticos estadounidenses se han sobreestimado seriamente y han subestimado a otros países. No logran ver la tendencia irreversible de la época: la paz, el desarrollo y la cooperación, así como la globalización económica.

Especialmente cuando la tecnología de la información se está desarrollando rápidamente y los países emergentes están aumentando, tanto la producción global como las relaciones internacionales están experimentando cambios dramáticos, lo que ha decidido que la nueva ronda de globalización económica sea para la mayoría de las personas en el mundo, y será dirigida conjuntamente por los países en vías de desarrollo y países desarrollados.

Los políticos de EE.UU deberían prestar atención a esta tendencia y normas, y poner fin a sus prácticas antiglobalización, o perderán la oportunidad en esta nueva ronda de globalización económica.

El drama, en el que los políticos estadounidenses pisotean las reglas, no ganará ninguna buena reputación.

Un académico japonés señaló que Estados Unidos está abusando de su poder de monopolio sobre las tecnologías al imponer sanciones a las empresas chinas, y está socavando el orden internacional basado en normas, mientras que una publicación de Bloomberg cree que el ataque de Estados Unidos a las empresas chinas es un grave error.

Incluso el New York Times admitió que EE.UU ha aceptado repetidamente nuevos términos comerciales con socios extranjeros, y luego ha hablado sobre deshacer esos acuerdos para lograr objetivos adicionales.

Estos políticos de Estados Unidos finalmente descubrirán que la manipulación de las reglas terminará lastimando tanto a ellos mismos como a los demás. El daño en el orden económico internacional está destinado a impedir el crecimiento global y socavar la confianza mutua estratégica entre los países, mientras que se dispararán la sospecha, el miedo y la hostilidad, que son extremadamente destructivos.

Cuando las reglas son lucrativas, Estados Unidos las explota; cuando las reglas son desfavorables, Estados Unidos las rompe. Las prácticas en las que los políticos estadounidenses usan lo que sea que se adapte a sus intereses y abandonan lo que no, se originó realmente de la supremacía y la hegemonía.

Sin embargo, el mundo de hoy ya no es un lugar para la competencia muscular pura. Aquellos que desafían las reglas con poder y tratan de aplastar el orden como la masa de juego están obligados a ser rechazados por el mundo y terminan en una situación aislada con una imagen destruida y sin buenos resultados.