BEIJING, 6 dic (Xinhua) -- La expulsión y el arresto de Zhou Yongkang dejan clara la postura del Partido Comunista de China (PCCh): todo el mundo es igual ante la ley.
Zhou, ex miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh, ha sido expulsado del Partido y los fiscales han abierto una investigación sobre sus presuntos delitos, lo que demuestra de nuevo la determinación del PCCh de exterminar tanto a los "tigres" como a las "moscas".
El Estado de derecho significa que no hay escondites ni excepciones. Nadie es inmune en la feroz guerra anticorrupción. Nadie queda fuera de la jurisdicción de la ley.
Cualquier transgresor, incluyendo funcionarios jubilados, inspectores disciplinarios, cuadros políticos y los que huyen del país, serán perseguidos, capturados y castigados como corresponde.
Desde noviembre de 2012, más de 50 altos funcionarios han sido detenidos por corrupción y delitos relacionados. Entre ellos el ex líder militar Xu Caihou, quien fue expulsado del PCCh por cohecho, y el ex alto asesor político Su Rong, destituido por supuestas "serias violaciones de la disciplina y la ley".
El PCCh representa los interéses fundamentales del pueblo y mantendrá su dura postura contra la corrupción, cumpliendo su compromiso de limitar el poder con una jaula de regulaciones. No habrá espacio para los funcionarios corruptos que traspasan sus ganancias ilegales al extranjero y se escapan con sus familias. Los refugios anteriormente seguros se convertirán en callejones sin salida.
En la campaña "Caza del Zorro", que se inició en julio, se han detenido a más de 400 fugitivos en 60 países y regiones, 231 de los cuales se entregaron voluntariamente.
El pasado mes de noviembre, el presidente chino, Xi Jinping, presentó la cooperación anticorrupción internacional como la tercera de sus cuatro propuestas a la Cumbre del G20 celebrada en Australia y, aunque la campaña de búsqueda y captura tiene previsto concluir el 31 de diciembre, la policía china nunca abandonará la persecución de los prófugos y se les impondrán castigos incluso más duros.
La lucha contra la corrupción no es fácil. Se requieren una fuerte resolución, regulaciones estrictas, autodisciplina y gran valentía.
Sólo mediante una vigilancia incesante en la caza de funcionarios corruptos, el PCCh podrá permanecer en el centro del desarrollo de China.
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