Terrorismo cancerado en Medio Oriente carece de cura inmediata

Actualizado a las 23/12/2014 - 15:26

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Por Jamal Hashim y Hummam Sheikh Ali

BAGDAD/DAMASCO, 22 dic (Xinhua) -- La violencia de los grupos terroristas como Al-Qaeda y el emergente Estado Islámico (EI) ha generado constantemente noticias de primera plana en 2014 con sangrientas palabras clave.

Mientras los terroristas llevan a cabo brutales ejecuciones de rehenes y amenazan con quebrantar los límites y el orden político en la región, los grupos extremistas se han convertido en un factor principal dentro de la reforma de la región.

ESTABLECIMIENTO DEL ESTADO ISLAMICO

Desde que la acción militar encabezada por la OTAN derrocara al ex líder libio Muammar Gaddafi en 2011, Libia está envuelta en conflictos políticos y la mayor parte de su territorio está controlada por Al-Qaeda y otros grupos radicales.

En Medio Oriente, los milicianos del Estado Islámico, establecido en 2006 cuando Al-Qaeda anunció la creación de un Estado Islámico en Irak (ISI, siglas en inglés), habrían cruzado las fronteras y supuesto una amenaza inminente para las estructuras sociales del mundo árabe.

A comienzos de 2013, el ISI entró en Siria y participó en la guerra civil contra el gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad. Posteriormente declaró su vinculación con el grupo de Al-Qaeda en Siria, conocido como Frente al-Nusra, bajo el nuevo nombre de Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL, siglas en inglés).

En febrero de 2014, Al-Qaeda anunció haber roto sus nexos con el ISIL liderado por Abu Bakr al-Baghdadi. En junio de ese año, el ISIL, que había ocupado extensas áreas en Siria e Irak, declaró el establecimiento del régimen de califato islámico y cambió su nombre por EI.

GRUPOS EXTREMISTAS ASCIENDEN EN MEDIO DEL CAOS INTERNO Y LA INTERVENCION EXTRANJERA

El terrorismo no puede prosperar sin un ambiente adecuado. Sin embargo, los problemas sociales y económicos, particularmente la pobreza, la ignorancia y las altas tasas de desempleo, sirven en la región árabe de excelente campo de germinación para el terrorismo.

El gobierno iraquí no ha podido lograr la estabilidad en el país dado que puso los conflictos sectarios y políticos por delante de una buena gobernanza.

Además, Occidente desempeñó un papel principal en el apoyo y la creación del EI en el mundo árabe, apuntó Hmaidi Abdullah, analista político sirio.

"Occidente y Estados Unidos han confiado en grupos terroristas... La invasión estadounidense a Irak impulsó el resurgimiento de los grupos terroristas. La Primavera Arabe, desatada en 2011, también ha fomentado la propagación de los grupos radicales debido a la violencia resultante", apuntó.

Agregó que los países occidentales apoyaron a los grupos extremistas en Siria en un intento por deshacerse de al-Assad, una repetición de lo sucedido en Afganistán contra la extinta Unión Soviética.

Abdullah explicó además que Estados Unidos y sus aliados no han tenido la intención de traer la democracia a la región. Ellos simplemente se han puesto del lado de cualquier parte que pudiera promover sus intereses.

La aparición de Al-Qaeda y del EI es el resultado del desequilibrio en las relaciones entre el mundo islámico y Estados Unidos, así como de la falta de opciones pacíficas para corregir tal desequilibrio, indicó Irahim al-Ameri, profesor de política en Bagdad.

NECESIDAD DE UNA ESTRATEGIA INTEGRAL PARA DERROTAR AL TERRORISMO

Para derrotar al EI y otros grupos terroristas en la región resulta necesaria una estrategia internacional integral. "Existen medidas internas y externas para derrotar al EI en Irak y el mundo. En cuanto al gobierno iraquí es importante lograr la paz y la tranquilidad en el país a través de la acción militar, pero es más importante promover el diálogo político entre todas las facciones iraquíes y garantizar un acceso por igual a las oportunidades para todos los iraquíes", subrayó al-Ameri.

"Esto tiene que hacerse si el gobierno iraquí pretende poner fin el ciclo de violencia y los conflictos sectarios y étnicos", añadió.

Al mismo tiempo, enfatizó, Estados Unidos no debe ser un autoproclamado líder de la lucha contra el terrorismo porque desde hace mucho tiempo ha adoptado un doble rasero respecto a diferentes asuntos mundiales.

Las políticas occidentales deben ser revisadas lograr una sincera cooperación en la lucha contra el terrorismo. De lo contrario, las potencias occidentales sufrirán las consecuencias del terrorismo cuando los grupos radicales asuman el control y prosperen en mayor medida en la región árabe, advirtió al-Ameri.

Maher Murhej, líder del Partido de la Juventud de Siria, también señaló que "Occidente tiene que considerar sus políticas en Medio Oriente. De otra manera, se verá más afectado por la creación de un gran monstruo difícil de controlar en una cierta área geográfica... Vemos que el Estado Islámico incluso habla de conquistar Europa".

Las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad deben desempeñar un papel de liderazgo en la lucha global contra el terrorismo, subrayó el comentarista político Najib al-Jubouri, quien agregó que este es la única vía para mantener la unidad, lograr una coordinación efectiva y emprender acciones concertadas.