Si bien 2015 fue el año en el que el primer astronauta patrocinado por el gobierno británico fue lanzado hacia el espacio, también fue el año en el que el primer ministro David Cameron ajustó la estrategia internacional de su país en un escenario mundial cada vez más complicado.
Este año se creó una relación más estrecha entre Reino Unido y China, encabezada por la visita de Estado que realizó en octubre el presidente chino, Xi Jinping.
No fue una visita de Estado ordinaria porque Reino Unido hizo uso de todos los medios posibles con la magia de la pompa real junto con diplomacia y contacto político.
Pocos observadores experimentados de la distensión británica podrán recordar una visita de Estado en la que hubiera tanto interés, de ahí la plena participación de la reina Isabel y la familia real, junto con la del primer ministro Cameron, la del ministro de Hacienda George Osborne y la de importantes políticos británicos.
Parece increíble que menos de seis meses antes de la visita del presidente Xi, Cameron encabezó el Partido Conservador en una elección general en la que todos los expertos pronosticaban otros cinco años de un Parlamento sin mayoría en Westminster.
Lo que ocurrió cuando la votación cerró a las 22:00 hora local del 7 de mayo pasará a la historia como el Milagro de Downing Street.
Cameron obtuvo una inesperada mayoría absoluta, lo que puso fin a cinco años de gobierno de coalición. Los socios menores de la coalición, los Demócratas liberales, fueron derrotados en las urnas, lo que motivo la renuncia del líder Nick Clegg.
Ed Miliband, ex líder del principal opositor Partido Laborista, también renunció, luego de que el partido fue erradicado de Escocia por el Partido Nacionalista Escocés y de que sufrió una contundente derrota en las regiones inglesas.
En los números 10 y 11 de Downing Street, los vecinos Cameron y Osborne fueron liberados de los grilletes de una coalición compartida al lograr un gobierno conservador de mayoría.
Y los funcionarios de Whitehall ya estaban ocupadísimos poniendo los toques finales a una de las más importantes visitas de Estado, una visita de alfombra roja para el presidente Xi.
Como actividad previa a la visita de Estado, el ministro de Hacienda anunció el 12 de marzo que Reino Unido se uniría al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII). El diario Times of London informó que la medida de Reino Unido fue "un desafío a la presión estadounidense".
Los funcionarios del Tesoro de Londres habían informado a sus homólogos en Beijing de la intención de sumarse al BAII. Pero cuando empezaron los rumores sobre las intenciones de Reino Unido, Londres hizo el anuncio antes de lo planeado, con lo que se convirtió en el primer país europeo en anunciar su apoyo al BAII.
El ingreso al BAII fue la última decisión importante tomada por Cameron y Osborne en las últimas semanas del gobierno de coalición 2010-2015.
El Dr. Wu Kegang describió 2015 como un año trascendental en la relación entre Reino Unido y China.
"Reino Unido encabezó a los países occidentales en el apoyo al BAII y al anunciar que el gobierno británico busca ser el 'mejor amigo' de China en occidente rompió todos los protocolos diplomáticos tradicionales", dijo Wu, director ejecutivo de BCC Link en China.
"Lo que Reino Unido dijo al mundo, incluyendo a Estados Unidos, es que la asociación económica con China es esencial en su estrategia mundial y que Reino Unido ya permitirá que esta importante relación sea restringida por las viejas divisiones geopolíticas", dijo el experto.
"La visita del presidente Xi logró grandes avances en términos de magnitud y tipos de acuerdos empresariales con valor de más de 60.000 millones de dólares firmados durante la visita", señaló Wu.
"Los líderes de China y de Reino Unido desean que la asociación no trabaje sólo de forma bilateral, sino que también para el resto del mundo. Podría convertirse en el momento más crucial del inicio de lo que es llamado la 'Era Dorada' de la asociación entre China y Reino Unido. Podría ser histórico", dijo Wu.
Por otra parte, la Oficina de Relaciones Exteriores y Mancomunidad de Reino Unido ya está haciendo planes para garantizar que Reino Unido siga avanzando en su relación con China.
"En enero, Londres enfatizará su apoyo pleno al BAII cuando surja a la vida. Reino Unido ratificó con alegría su ingreso al BAII y fue el primer país occidental que se unió", dijo un vocero de la oficina a Xinhua.
"También nos complace que el contacto estrecho entre Reino UNido y otros miembros fundadores haya conducido al BAII a adoptar la gobernanza y principios operativos conforme a las mejores prácticas internacionales. El BAII ofrece una oportunidad sin rivales para que Reino Unido y Asia crezcan e inviertan juntos", dijo el vocero.
"China es nuestro sexto mayor mercado de exportación de bienes y Reino Unido es el segundo mayor mercado de exportación de China en Europa. Ser parte del banco contribuirá a que la dirigencia británica construya vínculos internacionales con Asia, de la misma forma en la que Reino Unido se convirtió en el primer gobierno aparte de China en emitir bonos denominados en renminbis", añadió el vocero.
La oficina también espera a septiembre de 2016, cuando China organizará la cumbre del G20, en la que Reino Unido presidirá de forma conjunta los grupos sobre combate a la corrupción y sobre resistencia antimicrobiana.
"Tenemos una relación en la que podemos discutir asuntos difíciles, ya sea el futuro de la industria del acero, la seguridad cibernéticas o los propios derechos humanos. Tenemos una relación madura con China y hemos consolidado la posición de ser el mejor socio de China en Occidente precisamente por nuestro contacto abierto que abarca toda una gama de asuntos", señaló el vocero.
Richard Caplan, profesor de Relaciones Internacionales del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de Oxford, indicó a Xinhua la importancia de la nueva relación de Reino Unido.
"Reino Unido está siguiendo el ejemplo de Estados Unidos (tardíamente) y busca su propio 'pivote' en Asia. Sin embargo, a diferencia de Estados Unidos, Reino Unido ha privilegiado las relaciones comerciales por encima de una recuperación del equilibrio estratégico, incluso a riesgo de echar a perder las relaciones con Washington, que lamenta el hecho de que "Reino Unido complazca de forma constante a China'".
Y esta relación de Reino Unido y quizá su futuro con la Unión Europea (UE) dominarán la política interna en 2016. De la misma forma en la que 2015 Reino Unido consolidó sus lazos estrechos con Xinhua, el próximo año establecerá el hito para la relación entre Londres y Bruselas.
Cameron ya ha dejado claro que habrá un referendo entre los 40 millones de electores británicos sobre si Reino Unido se retira de la UE o no. Será el primer referendo nacional desde 1975, cuando los británicos votaron para unirse a sus vecinos europeos.
Cameron desea que Reino Unido se quede en la UE y la votación, a realizarse en 2016 o 2017 a más tardar, solucionará la cuestión de la UE durante generaciones, quizá para siempre.
Cameron ha estado viajando durante meses en Europa para buscar apoyo a los cambios sobre las condiciones de pertenencia de Reino Unido. El primer ministro busca firmar un acuerdo que le permita decirle a los británicos que los términos del acuerdo deberían permitirles elegir quedarse en la UE.
Lo que ha cambiado desde 1975 es el nuevo panorama de la UE debido a que los países menos desarrollados, principalmente de Europa Oriental, se han unido al resto del bloque en cuanto a la recepción de personas que huyen de zonas conflictivas en Africa y Medio Oriente.
El Partido Independencia de Reino Unido aboga porque el país abandone la UE y ha registrado un crecimiento significativo en su apoyo.
Un vocero de la Confederación de Industrias Británicas dijo a Xinhua que "2015 fue un año para recordar para China y Reino Unido y esperamos que 2016 siga avanzando a partir de esto. La elección de la City de Londres por parte de China para ser el primer lugar del mundo en emitir deuda en renminbis y la visita de Estado del presidente son signos de nuestra próspera asociación comercial yace en el corazón del futuro económico de Reino Unido".