BEIJING, 25 mar (Xinhua) -- El fotógrafo chino Wang Wei ha cubierto 200.000 kilómetros y ha tomado 300.000 fotografías para retratar su pasión, los trenes, enmarcados en paisajes de mesetas, desiertos, praderas, bosques, lagos y montañas nevadas de toda China.
Su cámara también captura locomotoras de diésel y de vapor que son cada vez más raras.
Wang confiesa abiertamente su afición a los trenes. Cuando se graduó de la universidad, sus padres querían que encontrara un empleo estable. Consiguió un trabajo como oficinista en una empresa privada de medios de comunicación, pero renunció después de dos meses, sin que supieran sus padres, para dedicarse a tomar fotografías de trenes.
Wang se dio cuenta de que China, país que cuenta con el sistema ferroviario más activo y las tecnologías ferroviarias más avanzadas a nivel mundial, también tiene los ferrocarriles más bellos del mundo.
"Mi corazón se acelera cada vez que pasa un tren", comenta el joven de 26 años de edad. "Un tren es algo muy hermoso".
Pese a su juventud, Wang tiene una larga trayectoria como fotógrafo de trenes. Por lo general, Wang dedica cinco meses del año a la búsqueda, espera y captura de escenas de trenes por toda China. Con el fin de encontrar los mejores ángulos y la luz más idónea, ha cruzado montañas y ríos, ha soportado el clima helado y calor extremo. Incluso se ha arriesgado a ser atacado por lobos.
Wang adora el olor del diésel y del hierro oxidado. Mientras otros se cubren los oídos para no escuchar los estridentes silbidos del tren, Wang los considera como música y no puede evitar sentirse eufórico al oírlos.
Su pasión comenzó al crecer cerca de la primera vía férrea construida por China, la Jing-Zhang, la cual se concluyó en 1909 para conectar Beijing y a la ciudad de Zhangjiakou, en la vecina provincia de Hebei.
A los 5 años, su casa estaba cerca de la Estación de Tren Norte de Beijing, la cual podía ver desde su balcón. "Siempre me paraba sobre un pequeño banco, me inclinaba sobre la ventana y pasaba horas viendo las locomotoras diésel", recuerda Wang.
En 2001, cuando tenía 11 años, utilizó una cámara sin que se dieran cuenta sus padres y tomó decenas de fotografías en la estación ferroviaria. Sus padres se percataron de su acción hasta que un día vieron que el rollo fotográfico se había terminado con mucha rapidez. Cuando lo revelaron sólo había fotografías de trenes.
En sus años de preparatoria, Wang pasaba los fines de semana en el ferrocarril. Todos sus libros eran sobre trenes. Wang también disfrutaba escribir sobre trenes para sus tareas. Cuando un profesor le comentó una de sus composiciones, él respondió "me encantan, quiero ser un experto en trenes".
En 2005 comenzó a utilizar cámaras digitales. Además de trenes, Wang se centró en viejos edificios ferroviarios, como estaciones, talleres y puentes ferroviarios.
Todas las fotografías que sube a su microblog tienen la marca de agua "Dongfeng 4", un modelo chino de una locomotora diésel. "Es majestuosa, grande, moderadamente anguloso, con un potente silbido y ritmo cuando emprende su avance", dijo Wang sobre su modelo favorito de tren. "Además, es color verde esmeralda. Es perfecto".
Durante mucho tiempo, "Dongfeng 4" fue el símbolo del sistema ferroviario de China. Desarrollado en los años sesenta, rápidamente se convirtió en el modelo de locomotora más fabricado en la historia ferroviaria de China, representó el 40 por ciento de toda la producción.
Sin embargo, la tecnología la ha superado y ahora las locomotoras diésel sólo se pueden ver en algunas vías secundarias, por lo tanto, fotografiar un "Dongfeng 4" siempre le emociona.
Wang considera que los trenes lucen estupendos en paisajes espectaculares.
Una de sus fotografías favoritas fue tomada en la meseta Qinghai-Tíbet, donde una sección de la vía hace una espiral sobre una montaña a una altitud de 4.000 metros. Wang pensó que la escena sería mejor con un tren a velocidad durante la noche. Aunque sufrió de un fuerte dolor de cabeza debido a la altitud, permaneció cinco noches en espera de que el cielo estuviera despejado. Al final, desde la punta de la montaña, con un tiempo de exposición largo, Wang capturó un tren que circulaba por la vía debajo de la constelación de la Osa Mayor. Wang nombró a la fotografía "Órbita".
"El tren se mueve como un dragón plateado que vuela", comentó uno de los seguidores en su microblog.
Sus fotografías han recibido elogios de la crítica. "Popular Photograph", la revista de fotografía más vendida de China, lo nombró uno de los mejores fotógrafos en 2012. "National Geographic China" y "Lonely Planet"han utilizado sus obras.
"Sus fotografías son impresionantes, asemejan pinturas al óleo", comentó otro de sus seguidores en el sitio de microblog Sina Weibo.
Sus obras se venden bien y Wang recibe numerosas comisiones. Sus padres han dejado de preocuparse por él y se sienten muy orgullosos de su hijo. "Mi madre me elogia ante cualquier persona que se encuentra, lo cual me apena", comenta.
Wang Fuchun, otro conocido fotógrafo de trenes chino, lo ha elogiado por capturar muchos paisajes efímeros.
Wang Wei espera que sus fotografías capturen una parte importante de la historia de China.
El fotógrafo conoce cada modelo de tren chino desarrollado después de 1949, cuando se fundó la Nueva China. Le entristece saber que un modelo viejo ya no está en funcionamiento. "Es como despedirme de un familiar", comentó.
Algunas veces, se siente impotente porque sus fotografías no pueden proteger los trenes. Cuando supo que una torre de agua cercana al ferrocarril Jing-Zhang iba a ser demolida, contó de inmediato la noticia a periodistas locales y la torre se salvó con la ayuda de los medios de comunicación.
En 1949, China contaba con 21.800 kilómetros de vías, actualmente tiene 110.000 kilómetros, incluyendo 16.000 kilómetros de vías de alta velocidad. La longitud del ferrocarril de alta velocidad de China representa la mitad de la longitud mundial. Aunque Wang aprecia que exista un medio de transporte más rápido y fácil, le siguen gustando los viejos trenes lentos.
La construcción del ferrocarril de alta velocidad Beijing-Zhangjiakou comenzará este año y concluirá en 2017. Se calcula que la vía de alta velocidad, que tendrá 174 kilómetros de longitud, acortará de 7 horas a 50 minutos el tiempo de viaje entre las dos ciudades, las cuales serán sedes conjuntas de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022.
A Wang le preocupa que la vieja vía sea abandonada. El año pasado comenzó trabajo de campo a lo largo de la vía. Cruzó cada puente, túnel y recopiló historias conversando con los ancianos que viven cerca. Quiere escribir un libro sobre la vía que tiene un siglo de antigüedad.
"Es necesario compartir con otros lo que sé", afirma con entusiasmo.