BAGDAD, 28 mar (Xinhua) -- Una catástrofe potencial provocada por el estado de la presa de Mosul, la mayor presa de Irak, ha generado alarma a medida que se acerca la temporada de lluvias.
El desplome de la presa de Mosul podría provocar una inundación que podría matar a cientos de miles de personas y desencadenar un desastre ambiental, advirtieron expertos.
La presa mide 113 metros de altura y 3,4 kilómetros de longitud y se ubica a 50 kilómetros al norte de Mosul, la segunda ciudad más grande del país, capital de la provincia de Nínive en el norte de Irak.
A plena capacidad, la presa se convierte en un enorme lago de cerca de 11.100 millones de metros cúbicos de agua.
Tres estaciones hidroeléctricas fueron construidas dentro de la presa para generar 1.052 megavatios de electricidad. Pero debido a cuestiones técnicas, actualmente sólo generan 800 megavatios.
Inicialmente, la presa fue construida sobre capas de arcilla y yeso, los cuales se disuelven al contacto con el agua por lo que se han generado cavidades en los cimientos de la presa.
Para estabilizarla, cientos de trabajadores inyectaron cemento en las cavidades para evitar daños a los cimientos de la presa.
La presa estuvo en manos del Estado Islámico (EI) durante más de 10 días en agosto de 2014, lo que obstaculizó el proceso y obligó a los trabajadores a huir pues el EI destruyó su equipo. Posteriormente, fuerzas kurdas recuperaron el control de la presa y el proceso fue reanudado.
Pero el gobierno no pudo reanudar el proceso de inmediato pues la fábrica de cemento seguía bajo el control del EI. Las autoridades iraquíes se vieron obligadas a importar cemento de Turquía.
El ejército estadounidense describió en el 2006 la presa de Mosul como "la presa más peligrosa del mundo" y advirtió que podría colapsar en cualquier momento, lo que provocaría una colosal catástrofe humanitaria.
Nuevos informes de ingenieros militares estadounidense confirmaron después de una evaluación de la presa que "tienen más probabilidades de colapsar de lo que inicialmente se pensaba".
Los ingenieros descubrieron nuevas cavidades formadas por la desintegración de rocas debajo de los cimientos de la presa.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, exhortó a las autoridades iraquíes en enero a tomar medidas urgentes para asegurar la presa, se indicó en informes de los medios en marzo.
La administración estadounidense teme que una catástrofe como esta pueda socavar los esfuerzos de Estados Unidos por estabilizar el gobierno iraquí y que pueda complicar la batalla contra el EI en Irak.
Si la presa colapsara, la marea inicial alcanzaría Mosul en tres o cuatro horas y las aguas tendría 11 metros de altura. La ola restante se elevaría a 20 metros luego de nueve horas, lo que destruiría por completo la ciudad de Mosul.
Expertos han señalado que la ola llegaría a Bagdad en 72 horas, que los niveles de agua serían de cuatro metros y que el agua cubriría el 55 por ciento de la ciudad.
En una evalación del gobierno estadounidense emitida en febrero se indicó que entre 500.000 y 1,47 millones de iraquíes podrían morir en la oleada a lo largo del río Tigris a menos que recibieran una advertencia temprana y evacuaran la zona.
El peor escenario sería un colapso en la primavera cuando el río Tigris crece debido al derretimiento de la neve y a las lluvias torrenciales de temporada. El lago de la presa se elevaría con rapidez a un nivel mucho más alto.
Pero Riyadh Ezz al-din, jefe del proyecto de la presa de Mosul, dijo a la agencia noticiosa local NINA, que "la presa no corre ningún peligro pues el nivel del agua se encuentra al 25 por ciento de la capacidad total".
"El peligro se presentaría en caso de que el nivel del agua se elevara por arriba del 60 por ciento de la capacidad de la presa", dijo Ezz al-din.
Un comité parlamentario iraquí presentó un informe sobre la presa de Mosul en el que señaló que reducir el nivel de agua de la presa sólo reduciría los daños causados por una inundación, pero no los evitaría por completo.
Irak supo de la presa de Mosul y del riesgo asociado con ella desde antes del 2003 por lo que los iraquíes trataron de construir la presa Badush, a cerca de 16 kilómetros al norte de Mosul, para proteger las ciudades ubicadas a lo largo del valle del río Tigris.
Pero la construcción de la presa Badush fue suspendida después de la invasión a Irak encabezada por Estados Unidos.
A fines de febrero, el gobierno iraquí emitió un potencial plan de contingencia en caso de que la presa de Mosul colapse, el cual incluye la evacuación de residentes en pueblos y ciudades ubicados cerca de la ribera del río a áreas más altas con el fin de evitar la parte más peligrosa de la inundación.
"El colapso de la presa es muy poco probable, sobre todo con las precauciones técnicas y administrativas tomadas por las autoridades, pero las serias consecuencias de un derrumbe exigen la alarma", dijo en una declaración la oficina del primer ministro iraquí Haider al-Abadi.
"Hemos desarrollado un paquete de recomendaciones precautorias para evitar posibles riesgos y todos deben tomar en serio las recomendaciones.
Una de las precauciones fue un contrato de 296 millones de dólares de Irak con el grupo italiano de ingeniería Trevi para realizar reparaciones de emergencia en la presa.