Al menos 36 personas murieron y más de 100 resultaron heridas hoy en una serie de ataques de bomba contra vecindarios chiitas en la capital de Irak, Bagdad.
Uno de los ataques ocurrió en el distrito de Shaab, cuando una bomba colocada en el camino fue hecha estallar en un concurrido mercado al aire libre.
El ataque estuvo seguido de un atentado suicida contra la gente que acudió a ayudar a las víctimas de la primera explosión. Quince personas murieron y 37 resultaron heridas, dijo un oficial de policía.
Saad Maan, vocero del órgano responsable de la seguridad en Bagdad, el Comando de Operaciones de Bagdad (COB), dijo que 11 personas murieron y que 37 resultaron heridas. Además, indicó que con base en los restos del atacante, al parecer quien llevó a cabo el atentado suicida fue una mujer.
Los atacantes siguieron la vieja estrategia de tramar una explosión inicial para que acudan fuerzas de seguridad y otras personas y después hacen estallar otra bomba para causar un mayor número de víctimas.
El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó los atentados. En una declaración que no ha podido ser verificada de forma independiente el grupo dijo que uno de sus atacantes suicidas arrojó granadas contra miembros paramilitares chiitas, conocidos como Hashd Shaabi, en el mercado antes de detonar su chaleco explosivo. Sin embargo, negó que el responsable del atentado fuera una mujer.
El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, quien también es comandante en jefe de las fuerzas iraquíes, después de la explosión ordenó la detención del máximo oficial responsable de la seguridad de Shaab para que sea interrogado, dice un comunicado emitido por su oficina.
En otro atentado, un coche bomba estalló en un mercado de frutas y verduras en el distrito chiita-sunnita de Rasheed, sur de Bagdad, lo que dejó cinco muertos y 10 heridos.
Otro ataque tuvo lugar en el distrito chiita Ciudad Sadr, este de Bagdad, donde un camión cargado de explosivos estalló en un mercado mayorista de Jamila, lo que causó la muerte a unas 16 personas y heridas a 53.
Las fuerzas de seguridad iraquíes intensificaron las medidas de seguridad en toda la capital porque informes de inteligencia advierten sobre el potencial de más estallidos de coches bomba en la ciudad.