El apoyo al desarrollo de un diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela avanzó con el respaldo de los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el proyecto de Declaración Especial emanado de la Séptima Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC).
Lo que pareció la apertura de un eventual conflicto en la región con la invocación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) por parte del secretario general de la OEA, Luis Almagro, para su activación en el país caribeño, se difuminó casi inmediatamente tras la sesión extraordinaria celebrada en la sede del Consejo Permanente del organismo.
El objetivo de Almagro al convocar este proceso, aupado por la coalición de derecha Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que mantiene la mayoría parlamentaria de la nación, fracasó en el intento debido al consenso al que llegaron las naciones de apostar por un diálogo de paz en Venezuela, que impulse un acuerdo y garantice la estabilidad de la nación.
En entrevista con Xinhua, el analista político Alberto Aranguibel dijo que la derecha contó con la idea de que Venezuela estaba aislada internacionalmente, basada en la "intensa" campaña de difamación que se ha desarrollado a través de las grandes cadenas mediáticas contra la nación.
"Pensaron que el país estaba aislado políticamente en el escenario internacional y acudieron al ministerio de las colonias (OEA), y a partir de ese error accionaron la pretensión de Almagro pensando, equívocamente, contar con el respaldo de naciones latinoamericanas y caribeñas", señaló.
A su juicio, el "rotundo fracaso" que tuvo Almagro demuestra la errada concepción de la derecha que "cree más en la Venezuela virtual que ellos (la oposición) montaron" a través de los medios de comunicación privados nacionales e internacionales, que en el país real.
Un segundo respaldo recibió la propuesta al diálogo impulsada por el mandatario venezolano en el seno de la AEC, celebrada en La Habana, Cuba, donde los 31 Estados miembros emitieron un comunicado de apoyo al gobierno venezolano en su llamado a la concordia, lo cual ratificó el espíritu de la gestión diplomática de paz que adelanta el presidente Nicolás Maduro.
En el texto, la AEC aplaude la iniciativa emprendida por los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero de España, Leonel Fernández de República Dominicana, y Martín Torrijos de Panamá, además de la mediación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para la promoción de este entendimiento entre los venezolanos.
"Ojalá ahora sí podamos sentarnos en una mesa de diálogo con la oposición, sin que se pare, ni que rompa las reglas del juego", dijo el presidente Maduro durante la 7 Cumbre de la AEC, al referirse a las varias ocasiones en que ha instado a la oposición al diálogo y ésta ha desechado la posibilidad, inclusive condicionando el acercamiento.
Como ejemplo más reciente se puede citar la creación de la Comisión para la Verdad, la Justicia y la Reparación de las Víctimas de Venezuela, cuyo objetivo es esclarecer los crímenes cometidos durante las manifestaciones violentas, como alternativa más justa al proyecto de Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional promovido por la Asamblea Nacional (AN, Congreso) declarado inconstitucional por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Si bien el Ejecutivo instó a la oposición a sumarse a la Comisión, ésta se negó y no asistió a la instalación de la misma luego que el presidente Maduro extendiera la convocatoria a cuatro integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La Comisión por la Verdad, la Justicia y la Reparación de las Víctimas constituyó una iniciativa del gobierno de Caracas junto al secretario Ejecutivo de la Unasur, Ernesto Samper, con el fin de promover la reconciliación nacional.
A este respecto, el gobierno venezolano ha reiterado que la reconciliación y la paz sólo pueden ser posibles si antes se materializa la justicia, el reconocimiento y la reparación de las víctimas de crímenes motivados por acciones políticas.
"El diálogo ha sido una propuesta del presidente Maduro desde el primer día; ha sido incluso una propuesta revolucionaria que planteó el comandante (Hugo) Chávez como una política de Estado desde los inicios de la revolución. Forma parte de la democracia bolivariana que ejerce una diplomacia de paz", aseveró el analista Aranguibel.
Ante este nuevo panorama, con la posición asumida por la OEA que apoya el diálogo amplio entre el gobierno y la oposición, este último sector estará obligado a sentarse en la mesa a conversar con el Poder Ejecutivo, respetando las leyes y en el marco de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).
No obstante, algunos actores de la oposición continúan condicionando el diálogo a la realización del referendo revocatorio presidencial, desconociendo la autonomía y normativas del Consejo Nacional Electoral (CNE) como único órgano rector de los procesos electorales y refrendarios de la nación.
El dirigente del partido opositor Primero Justicia (PJ), Henrique Capriles, recurriendo a su cuenta en Twitter y otras redes sociales, ha expresado que el revocatorio es igual al diálogo, desconociendo la legitimidad del mandatario Maduro a tres años de los comicios celebrados en 2014, tras el fallecimiento de Hugo Chávez.