BRASILIA, 17 jun (Xinhua) -- Nuevas divulgaciones de la operación "Lava Jato" (Autolavado), que desarticuló un esquema de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, provocaron esta semana la tercera baja en el gabinete del gobierno interino del presidente de Brasil, Michel Temer.
La caída el jueves del ministro de Turismo Henrique Alves, el tercero en poco más de un mes de la gestión Temer, deterioró una vez más la imagen del gobierno interino.
A pesar de la inestabilidad generada por las múltiples denuncias, Temer sigue adelante con su agenda de ajuste, en la cual se incluyen recortes de gastos y reformas que reciben el visto bueno del "establishment" económico.
El problema de la corrupción y la necesidad de superar la recesión han sido los dos ejes en que se juega el destino del gobierno provisional que asumió el pasado 12 de mayo tras la suspensión por 180 de días de Dilma Rousseff, sometida a un proceso de juicio político ("impeachment") en el Senado.
La nueva crisis política fue provocada por la delación premiada del ex presidente de la empresa Transpetro, una subsidiaria de Petrobras, Sergio Machado, quien delató a más de 20 políticos de diferentes fuerzas políticas por recibir sobornos, en especial del gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
Entre los acusados están el presidente del Senado, Renan Calheiros, el presidente del PMDB, Romero Jucá, y el ex presidente de la República, José Sarney, quienes supuestamente recibieron pagos por sobornos enmascarados de donaciones oficiales y dinero en efectivo.
El propio Temer fue involucrado por Machado en una operación para captar fondos ilícitos destinados a financiar la campaña de un candidato pemedebista en 2012.
Para el politólogo Ricardo Caldas, director del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Brasilia (UnB), la reacción del gobierno ha sido rápida, al apartar a acusados antes de que los escándalos generen mayores perjuicios.
Según Caldas, Temer tiene una capacidad de respuesta superior a la de Rousseff, quien confiaba en su equipo cuando surgieron las denuncias.
"Ahora, las personas acusadas están teniendo que dejar sus cargos. Con esa postura, Temer está consiguiendo revertir a su favor las denuncias que alcanzan a algunos de sus aliados políticos", dijo Caldas a Xinhua.
Temer calificó de "liviana, mentirosa y criminal" la acusación de que él solicitó fondos ilícitos para financiar la campaña electoral de un candidato pemedebista en Sao Paulo, en 2012.
"La acusación contra Temer es periférica. Supuestamente habría pedido colaboración para otro candidato, y de hecho él no se candidateó en 2012", apuntó Caldas.
"Para que tenga consecuencias, aún tienen que demostrar que esa donación realmente fue para él, cómo se realizó (...) Es un camino muy tortuoso. El juez Teori Zavascki (del Supremo Tribunal Federal) está desechando acusaciones mucho más graves que esa por evidencias débiles", resaltó.
A pesar de haber montado un gabinete ministerial "parlamentario" -con varios políticos salpicados por denuncias- con el fin de garantizar una base firme de apoyo en el Congreso, la estrategia comunicacional del gobierno ha sido poner en primer plano la actuación del equipo económico encabezado por Henrique Meirelles.
Mientras que otros ministerios pueden ser afectados por las investigaciones anticorrupción, el área económica cuenta con un fuerte respaldo del sector empresarial y financiero.
El profesor Caldas considera que las divulgaciones de la última semana en el caso Petrobras no serán las últimas, por lo tanto seguramente el gobierno interino tendrá que sortear nuevos problemas derivados de las delaciones premiadas en la operación "Lava Jato".
"Con certeza, vendrán otras denuncias. En Brasil lo que es incierto no es es el futuro, sino el pasado. Nadie sabe lo que uno u otro político hizo años atrás. Las denuncias de la 'Lava Jato' son dinamita pura, no se puede prever dónde pueden terminar", señaló.
El efecto sobre el gobierno Temer es sin embargo indirecto, porque los tiempos de las investigaciones son más largos que el plazo que resta para la conclusión del proceso de "impeachment", explicó el politólogo.
"Si bien (las denuncias) pueden alcanzar a un número alto de políticos del PMDB, que ahora es el partido más importante, hasta llegar a ese punto mucha agua va a correr. Mire cuánto está constando sacar a (el suspendido presidente de la Cámara de Diputados) Cunha, sobre quien pesan acusaciones muy graves", recordó.
Caldas consideró que las últimas denuncias aún no modifican el proceso de "impeachment", lo cual puede ocurrir si, por ejemplo, fuera suspendido el presidente del Senado, Renan Calheiros.
"Si Renan sale comienza a desequilibrarse el 'impeachment'. Por eso el gobierno quiere anticipar el proceso, del que restan, digamos, unos 45 días hasta la votación definitiva", señaló.
"En principio, creo que Dilma será apartada definitivamente. Si la votación final fuera el próximo lunes diría con seguridad que sí, pero 45 días es un tiempo muy largo, muchas novedades pueden surgir en ese período", añadió.