Los esfuerzos diplomáticos dirigidos a resolver las disputas sobre el Mar Meridional de China no serán bloqueados por "un pedazo de papel" de un tribunal arbitral ni por "una flota de portaaviones", manifestó el martes el embajador chino en Estados Unidos, Cui Tiankai.
"China sigue comprometida con las negociaciones y consultas con otras partes (involucradas en las disputas sobre el Mar Meridional de China). Esta postura no ha cambiado ni cambiará nunca", aseguró Cui en el estadounidense Centro de los Estudios Estratégicos e Internacionales.
El alto diplomático hizo las declaraciones después de que el tribunal encargado del caso de arbitraje sobre el Mar Meridional de China, presentado unilateralmente en 2013 por el anterior Gobierno filipino, emitiera el martes su veredicto, que se pone claramente del lado de Manila.
"Este tipo de procedimientos absurdos tienen lugar en combinación con la coerción militar, con el aumento de las actividades de destructores, portaaviones, aviones bombarderos estratégicos, aviones de reconocimiento y muchos otros", recalcó Cui, y opinó que se trata de una manifestación de que "la fuerza da la razón".
Al oponerse y rechazar el arbitraje, China está salvaguardando sus propios intereses y defendiendo la justicia internacional y el verdadero espíritu del derecho internacional, destacó el embajador.
"No nos someteremos a ninguna presión, sea en forma de actividades militares, de críticas mediáticas o de ciertos autoproclamados órganos jurídicos (...) Y, sin duda, no haremos acuerdos con nuestro interés fundamental sólo por unas pocas palabras de elogio", dijo Cui.
El embajador chino reiteró que su país aboga firmemente por la libertad de navegación en el Mar Meridional de China, dado que las rutas marítimas que lo surcan son las arterias económicas tanto de China como de muchos otros países de la región.
El alto diplomático expresó, sin embargo, su preocupación por la concentración de portaaviones, aeronaves y armas sofisticadas en la región, lo que, a su juicio, podría representar una verdadera amenaza a la libertad de navegación de los barcos comerciales y civiles.
"Una situación como esta sería motivo de preocupación en cualquier parte del mundo", subrayó.
Cui recordó que la tensión en el Mar Meridional de China comenzó a incrementarse hace unos cinco o seis años, casi al mismo tiempo que el mundo empezó a oír sobre la política estadounidense del "giro hacia Asia", y que las disputas se intensificaron en los últimos años.
"El interés de todos se verá afectado si se desestabiliza la región Asia-Pacífico, si se debilita el impulso del crecimiento económico regional, si se inicia un conflicto armado", advirtió Cui.
Sobre las relaciones China-EEUU, Cui aseguró que la cuestión territorial en el Mar Meridional de China no se debe convertir en un problema entre ellos, ni debe ser vista como parte de una "rivalidad estratégica".
Una mentalidad propia de la Guerra Fría no va a resolver los problemas del mundo de hoy, esgrimió Cui, e hizo un llamamiento a la asociación entre países y a unas nuevas relaciones internacionales centradas en la cooperación de beneficio recíproco.
"Estamos aquí para ver qué tipo de elecciones tomará EEUU: cómo ven el mundo de hoy, cómo ven el desarrollo de China y cómo ven las relaciones entre nuestros dos países", concluyó Cui.