Una encuesta publicó hoy domingo en el diario Folha de Sao Paulo demostró que los ciudadanos brasileños están más optimistas con el rumbo de la economía nacional tras el cambio de gobierno, a raíz de la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff el pasado 12 de mayo y la llegada al cargo de Michel Temer.
Según la encuesta realizada por Datafolha, el Indice de Confianza sobre la expectativa económica del entrevistado y la perspectiva sobre el país alcanzó los 98 puntos en julio, superior a los 87 de febrero, aunque muy por debajo de los 121 puntos de diciembre de 2014, justo después de que Rousseff ganara las elecciones.
Sobre la expectativa de una mejora de la situación económica de Brasil, actualmente en recesión, el índice mudó de los 78 puntos en febrero a los 112 en julio. Ya la perspectiva personal aumentó de los 128 a los 145 puntos en la misma comparación.
Concretamente, el 38 por ciento de los entrevistados confían en que la economía mejorará, en comparación con el 14 por ciento de abril de 2015. Ya el porcentaje de los que cree que empeorará cayó del 58 por ciento en abril del año pasado al 30 por ciento este mes de julio, mientras que los que creen que continuará como está apenas subió del 25 al 27 por ciento.
El 64 por ciento de los entrevistados creen que la situación económica de Brasil empeoró en los últimos meses, el 26 por ciento la ve igual que estaba y el 8 por ciento dijo que mejoró.
Sobre el principal problema del país, el 32 por ciento dijo que es la corrupción, el 17 por ciento la salud, el 16 por ciento el desempleo y el 6 por ciento la violencia.
La encuesta de Datafolha se hizo a 2.792 electores entre el jueves y el viernes de esta semana en 171 municipios de todo el país y tiene un margen de error de dos puntos porcentuales.