Después de condenar el intento de golpe en Turquía, el Consejo de Europa con sede en Estrasburgo exhortó hoy al gobierno de Ankara a respetar las instituciones del país y reiteró una oferta para actuar como mediador en la tensa atmósfera del país.
Marina Kaljurand, presidenta del Comité de Ministros del Consejo de Europa y ministra de Relaciones Exteriores de Estonia, pidió al gobierno turco "apegarse al orden constitucional" y confirmó la disponibilidad del Consejo de Europa para ayudar a las autoridades turcas.
"La mejor respuesta a un intento por desestabilizar la democracia es respetar las instituciones democráticas y el Estado de derecho" dijo la ministra en nombre del consejo paneuropeo, cuyos 47 Estados miembros incluyen a Turquía.
Kaljurand recordó al gobierno turco sus obligaciones como miembro del Consejo de Europa. "Turquía está obligada a todos los compromisos derivados de la Convención Europea sobre Derechos Humanos y sus protocolos adicionales", dijo. "Esto incluye el derecho a la vida, el cual se tiene que proteger bajo cualquier circunstancia, y el derecho a un juicio justo".
Diversos órganos del Consejo de Europa condenaron de forma unánime el intento de golpe del 15 de julio. El presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Pedro Agramunt, emitió el lunes una declaración en la que condenó "el intento de golpe en Turquía y la pérdida de vidas en los acontecimientos del fin de semana. Ahora es muy importante identificar los hechos y presentar a los responsables ante la justicia".
Al día siguiente fallido golpe, el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, indicó que "cualquier intento de deponer a los líderes elegidos democráticamente en Turquía es inaceptable en un Estado miembro del Consejo de Europa, el cual defiende la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho".
Los arrestos masivos de policías, soldados, jueces y funcionarios públicos tras los eventos del 15 de julio, así como la suspensión hoy de miles de empleados del Ministerio de Educación de Turquía, han causado preocupación en las capitales europeas.