La economía de Latinoamérica y el Caribe se contraerá un 0,8% en 2016, dice CEPAL

Actualizado a las 27/07/2016 - 15:22

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La trayectoria económica de América Latina y el Caribe está siendo marcada por la incertidumbre y el riesgo de la economía global y se contraerá un 0,8 por ciento durante este año, tres décimas más que lo observado en 2015 (-0,5 por ciento).

Así lo anunció hoy la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para la región (CEPAL), Alicia Bárcena, al presentar el Informe Económico 2016.

Explicó que "el mundo se mantiene en 2,4 por ciento, igual que el 2015. El repunte de Estados Unidos no fue tan grande como se esperaba y está en el 2,0 por ciento; Japón se mantiene igual y en la zona Euro vemos una desaceleración importante, lo que está vinculada a la salida de Gran Bretaña".

La región registrará un comportamiento muy heterogéneo entre países y subregiones, y la CEPAL sostiene la urgente necesidad de movilizar la inversión - tanto pública como privada - para promover la recuperación económica y satisfacer los desafíos que impone la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible.

Según Bárcena, "la capacidad de los países para acelerar el crecimiento económico depende de los espacios para adoptar políticas que apoyen la inversión", sugiriendo a los gobiernos que deben esforzarse para cambiar la conversación entre el sector público y las empresas privadas".

En sentido, sostuvo que "aumentar la productividad es también un desafío clave para avanzar en una senda de crecimiento dinámico y estable".

Según el informe, la economía mundial mantendrá bajos niveles de crecimiento, los que serán acompañados por una lenta expansión del comercio, el cual no ha logrado recuperar los niveles registrados antes de la crisis financiera global.

A ello se suma el deterioro en los precios de exportación de los productos básicos de la región y la mayor incertidumbre y volatilidad financiera internacional, las cuales han aumentado con la anunciada salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, lo cual también genera riesgos al crecimiento mundial.

Para América del Sur, se espera este año una contracción de -2,1 por ciento, debido al deterioro en sus términos de intercambio, una menor demanda externa y una importante desaceleración de la demanda interna, lo cual refleja la fuerte caída en la inversión doméstica.

Por su parte, el conjunto de países de Centroamérica crecerá 3,8 por ciento por una mejora en sus términos de intercambio, producto de un menor precio de los hidrocarburos, la recuperación de su demanda externa e interna y un aumento de los ingresos por remesas.

Por su lado, las naciones del Caribe sufrirán una contracción de -0,3 por ciento en su Producto Interno Bruto (PIB).

El informe prevé que, en 2016, seis países mostrarán una contracción económica: Venezuela (-8,0 por ciento), Suriname (-4,0 por ciento), Brasil (-3,5 por ciento), Trinidad y Tabago (-2,5 por ciento), Ecuador (-2,5 por ciento) y Argentina (-1,5 por ciento).

Asimismo, el crecimiento regional estará encabezado por República Dominicana (6,0 por ciento), Panamá (5,9 por ciento), Nicaragua y Bolivia (4,5 por ciento), y Costa Rica (4,3 por ciento).

Bárcena subrayó que "la región necesita un cambio estructural progresivo con un gran impulso ambiental que promueva un desarrollo basado en la igualdad y la sostenibilidad".

Esas propuestas están incluidas en el documento institucional "Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible", que la CEPAL presentó en su período de sesiones en México en mayo pasado.

El organismo sostiene que la desaceleración económica tendrá impacto en la tasa de desempleo urbano, que en 2015 anotó 7,4 por ciento, y se espera aumente hasta el 8,1 por ciento en 2016. Por su parte, la inflación tendría un comportamiento similar al del 2015, observándose mayores presiones en las economías de América del Sur.

En su Estudio Económico, la CEPAL plantea a los países retomar la senda del crecimiento y movilizar los flujos financieros para el financiamiento del desarrollo.

Sugiere que se cambien las estructuras tributarias de los países para mejorar la recaudación y la progresividad; fortalecer el impuesto sobre la renta, tanto de personas como de empresas; y combatir la evasión y elusión fiscal, que alcanzó 6,7 puntos del PIB regional en 2015, con un monto total estimado de 340.000 millones de dólares.

Igualmente, recomienda promover coaliciones renovadas público-privadas y la implementación de políticas públicas que creen incentivos para canalizar el financiamiento hacia los objetivos de desarrollo.

Finalmente, la CEPAL señala que hay que potenciar la inclusión financiera como una política de inserción productiva mediante la creación de mercados y nuevos instrumentos innovadores.