El gobierno del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, debe reflexionar sobre la historia para alcanzar la verdadera reconciliación con sus vecinos asiáticos, opinó el director general de una asociación civil dedicada a defender y desarrollar la Declaración de Murayama, Takakage Fujita.
El 15 de agosto de 1995, en la conmemoración del 50° aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, el entonces primer ministro japonés Tomiichi Murayama emitió una declaración de disculpa por el daño y sufrimiento enormes que Japón causó durante su régimen colonial y agresión a la gente de muchos países.
"Al contrario de Murayama, Abe nunca ha admitido que Japón lanzó una guerra de agresión o que el régimen colonial de Japón causó un sufrimiento severo a otras naciones", dijo Fujita.
El año pasado, Abe, en una declaración muy observada de conmemoración del 70° aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, de nuevo se abstuvo de ofrecer una disculpa completa y directa sobre la guerra pasada e incluso dijo que es innecesario que las jóvenes generaciones se disculpen en el futuro.
"Ese gesto no ayudará a Japón a lograr la reconciliación con otras naciones de Asia. Japón debe reflexionar profundamente sobre su mal proceder pasado y renovar su promesa de que nunca volverá a lanzar una guerra agresiva", dijo Fujita.
Fujita también criticó las visitas que han hecho miembros del gabinete de Abe al santuario Yasukuni vinculado a la guerra.
"El santuario Yasukuni honra a 14 criminales de guerra de clase A convictos de la Segunda Guerra Mundial. Los políticos que visiten el santuario no serán tolerados porque (el santuario) muestra apoyo a la guerra agresiva", afirmó.
Las acciones recientes de la administración de Abe, incluida la promulgación de leyes de seguridad controvertidas y el intento de enmendar la Constitución pacifista, son una materialización de una visión histórica distorsionada, dijo.
"Desde que Abe llegó al poder en 2012, el gasto militar de Japón se ha incrementado durante cuatro años consecutivos. El gobierno de Abe también utilizó la llamada amenaza de China como excusa para promulgar leyes de seguridad y reducir las restricciones al derecho a la autodefensa colectiva", agregó.
"La administración Abe también está acelerando los esfuerzos para enmendar la Constitución aprovechando que las fuerzas a favor de la enmienda constituyen una mayoría de dos terceras partes en ambas cámaras del Parlamento. Ello pese a que las encuestas muestran que la mayoría de japoneses se opone al cambio", agregó.
"Abe está intentando volver a convertir a Japón en una potencia militar, lo cual no será bueno para Japón ni para sus vecinos asiáticos", afirmó.
"Conforme pasa el tiempo, los recuerdos del pueblo japonés sobre la guerra pasada se desvanecen. El gobierno tiene la responsabilidad de decir a la gente la verdad sobre la guerra, incluida la naturaleza agresiva de la guerra pasada y las tragedias como la Masacre de Nanjing, en lugar de borrar estas cosas de los libros de texto, como ha hecho el gobierno de Abe", dijo Fujita.
"A largo plazo, sólo reflexionando sobre la historia, Japón podrá lograr la reconciliación y el desarrollo cooperativo con otras naciones de Asia", dijo.