Gene Herman ha estado arrancando madera de los muros durante días en su casa de cuatro habitaciones de Baton Rouge, una de las zonas de Luisiana afectadas por inundaciones, y el 90 por ciento de sus muebles quedaron arruinados en la inundación iniciada hace una semana.
A las 04:30 hora local del 14 de agosto, Gene Herman despertó a su esposa Liz, tomaron a sus dos gatos y huyeron de su casa en coche luego de que se dieron cuenta de que las intensas lluvias se habían transformado en inundación y de que el nivel de las aguas seguía subiendo.
Cuando el hombre regresó a su casa dos días más tarde encontró que las aguas habían alcanzado el medio y medio de altura dentro de su casa y que todo lo que se encontraba por debajo de ese nivel estaba dañado.
No sólo perdió mesas, sillones, sofás y gabinetes, sino también sus colecciones, sus álbumes de fotos y algunos recuerdos que estaban en esta casa en la que él y su esposa habían vivido 11 años.
Pero Gene fue de alguna manera afortunado. Como agente inmobiliario había comprado un seguro para su casa a pesar de que no se ubicaba en la llamada zona de inundaciones. El seguro puede ayudarlos a reconstruir su casa, pero no cubrirá los artículos domésticos dañados por la inundación.
Además, 12 personas de su compañía lo ayudaron a limpiar el lugar.
"Sigue lloviendo, así que el trabajo de limpieza es muy difícil. Reservé una habitación de hotel durante un mes", dijo el hombre a un reportero de Xinhua.
En la zona de Baton Rouge, casi todas las habitaciones de hotel y autos de renta están reservados.
La catastrófica inundación que devastó Luisiana ahora es el peor desastre natural en afectar Estados Unidos desde el huracán "Sandy" de hace cuatro años, dijo la Cruz Roja.
Al menos 13 personas han muerto en cinco zonas de Luisiana y miles de residentes locales se vieron forzados a evacuar durante la inundación. Más de 7.000 personas aún se encuentran en los refugios de emergencia y, con pronósticos sobre más lluvias, la destrucción podría aumentar.
"Esto podría haberse evitado si el cuerpo de ingenieros del ejército hubiera creado un canal de desvío para llevar el agua de la inundación lejos de la zona. Hablaron de esto, pero no lo hicieron", dijo Gene.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, dijo que al menos 40.000 viviendas han sufrido algún daño y no se sabe con certeza cuántas son inhabitables.
Los gobiernos local, estatal y federal de Estados Unidos muestran su debilidad en el rescate en desastres de gran magnitud.
"Aún no hemos recibido nada de ellos (del gobierno). Algunas organizaciones privadas han venido a diario con comida. No veo nada que el gobierno esté ofreciendo", dijo Latham Brunson.
Brunson evacuó su casa junto con su esposa y su bebé de tres semanas a alrededor de las 02:30 hora local del 14 de agosto. Al regresar tres días más tarde había escombros por todas partes.
"Está lleno de lodo y apesta. No se puede respirar en ningún sitio de la casa. Huele horrible", dijo. "Se requerirán entre nueve meses y un año para volver a la normalidad".
"Realmente no dependo del gobierno y no confío en el gobierno", dijo a Xinhua Michelle Landry, cuya casa quedó sumida en medio metro de agua durante días.
En medio de la histórica devastación en Luisiana, el diario más grande del estado pidió al presidente Barack Obama recortar su descanso en Martha's Vineyard para visitar las áreas inundadas del estado.
"Un desastre de esta magnitud requiere la presencia del presidente en el lugar", dijo el jueves pasado The Advocate. "Al venir aquí, el presidente puede demostrar de forma clara que la recuperación de Luisiana es una prioridad de su administración y de Estados Unidos".
"La presencia del presidente ya está retrasada en relación con esta crisis, pero más vale tarde que nunca", señaló el periódico.
Obama ordenó a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) "utilizar todos los recursos disponibles para ayudar en la respuesta y recuperación", dijo la Casa Blanca.
Los propietarios de casas dañadas por las inundaciones son elegibles, según informes, para recibir sólo 33.000 dólares en ayuda federal por desastres de FEMA para ayudarlos a recuperarse.
"Eso no puede cubrir ni siquiera la reparación de la estructura, mucho menos de todos los contenidos de la casa", dijo un residente de Broussard que trabaja en una empresa de aislamiento.
"El gobierno rescata a una empresa o a un país. Toda una sección del estado de Luisiana tiene pérdidas totales ¿y nos van a ofrecer 33.000 dólares para arreglar nuestra casa y reemplazar todo?".
Jenny Fu y su novio Brian Small han estado tratando de retirar el piso de madera empapado. "El nivel del agua en mi casa es como de 30 centímetros, así que arruinó todo, los muebles, los gabinetes, las alfombras y los pisos de madera. Tenemos que sacar todo. Perdí por lo menos 100.000 dólares", dijo.
"Ya nos registramos con FEMA, pero no hemos sabido nada. Nadie se ha puesto en contacto conmigo", dijo Fu. "No podemos esperar a que alguien venga a ayudarnos, así que primero nos ayudamos a nosotros mismos. Algunos amigos y familiares ha venido a ayudarnos y nos estamos enterando por Facebook sobre lo que tenemos que hacer".
Sentados frente a su prado inundado, Ruth McNease de 78 años y su esposo Mac de 82 miran pertenencias abandonadas y apiladas en la calle.
"Hemos estado trabajando todo el tiempo y nos acabamos de sentar", dijo Ruth.
Algunas personas de la iglesia local, la universidad del barrio los han ayudado. Pero perdieron algunos muebles de más de 150 años de antigüedad heredados de sus padres y de sus abuelos.
"Nunca estaremos de nuevo en donde estábamos. Perdimos todo", suspiró Ruth.