El primer ministro japonés, Shinzo Abe, envió hoy una ofrenda ritual al polémico santuario de Yasukuni, ligado al pasado militarista del país, haciendo caso omiso de los sentimientos de los vecinos asiáticos de Japón.
Abe mandó la ofrenda de un árbol "masakaki" durante el festival anual de otoño en nombre del primer ministro, informaron los medios locales, aunque ha evitado visitar el templo tokiota en los cuatro días que dura la festividad.
El santuario de Yasukuni rinde tributo, entre 2,5 millones de japoneses caídos en conflictos bélicos, a 14 criminales de guerra de clase A de la Segunda Guerra Mundial y, por ello, es considerado como un símbolo del militarismo japonés en el pasado.
Las visitas de los líderes políticos y funcionarios japoneses al controvertido santuario han levantado fuertes críticas de países como China y la República de Corea.