LANZHOU, 17 abr (Xinhua) -- Cuando tomó la decisión de invertir una fuerte suma de dinero en un aparato para controlar el humo en su restaurante, Ma Xiaobing no estaba precisamente feliz. Pero ahora, que las buenas ganancias le están mostrando que la decisión fue acertada, su semblante ha cambiado.
"Antes asábamos cuatro perniles de cordero por día, hoy estamos haciendo alrededor de 20", dice Ma, quien es originario de Lanzhou, la capital de la provincia de Gansu. "Nunca habíamos estado tan ocupados como ahora", agrega.
Situada en el valle del río Amarillo, en el árido noroeste del país, Lanzhou alguna vez fue una de las ciudades más contaminadas de China. Las cosas eran tan graves, que los habitantes locales con frecuencia bromeaban diciendo que su tierra no aparecía en las imágenes satelitales.
Con fuertes medidas de control, el gobierno local ha logrado que la densidad de material particulado PM10 y PM2,5 haya caído a menos del 75 por ciento de los niveles de 2013. El año pasado, la ciudad disfrutó de 243 días "con cielo azul", es decir completamente despejados, 50 más que en 2015.
La capital provincial se ha convertido en "un modelo de la mejora de la calidad del aire", de acuerdo con un equipo de inspección subordinado al gobierno central. El consumo anual de carbón pasó de 10 millones de toneladas en 2012 a cerca de 6 millones en 2016.
Una de las claves del éxito de la campaña es el haber descargado gran parte de la responsabilidad en los funcionarios de base. Yang Mingyan, de una oficina de nivel de subdistrito, es uno de los 10.000 supervisores de contaminación de la ciudad.
"Cada mañana inspecciono el área que me corresponde para ver quién está quemando qué, y si alguien está usando carbón o madera que no reúnen los estándares. Si descubro que algo está mal, le pido a quien lo esté haciendo que se detenga. Y si no me hace caso, informo a las autoridades superiores", explica.
Todas las ciudades tienen políticas contra la polución, pero en Lanzhou se aplican de manera inusualmente estricta.
"Algunas ciudades tienen temor o no son capaces de enfrentarse a las grandes empresas en materia de protección ambiental por temor de que eso pueda afectar su economía, pero en Lanzhou no tenemos ese problema", comenta Xing Lifeng, subdirector de la oficina municipal de protección ambiental.
La entidad incluso multó a una reconocida empresa de propiedad estatal del sector de los petroquímicos, y ha exigido a más de una compañía disculparse públicamente ante los ciudadanos por fallar con sus compromisos al respecto.
Así mismo, algunos funcionarios han sido sancionados por no cumplir a plenitud con sus deberes en cuanto al control de la polución, en tanto que quienes han entregado los mejores resultados han sido promovidos.
"A decir verdad, muchas de nuestras medidas no son muy innovadoras. Lo que pasa, simplemente, es que en Lanzhou a quienes contaminan les cae todo el peso de la ley", aseveró Xing.
Los buenos resultados ya se conocen en todo el país. Por eso, algunas ciudades famosas por sus altos niveles de contaminación, como Shijiazhuang y Zhengzhou, han enviado funcionarios a Lanzhou para conocer sus experiencias de primera mano.
Muchos de los éxitos alcanzados allí pueden ser fácilmente replicados en otros lugares, asegura Ma Jianmin, experto de la Universidad de Lanzhou.
"Por ejemplo, los datos en línea del monitoreo de la calidad del aire pueden estar bien, pero en la ciudad es una práctica normal que personal de las autoridades ambientales se desplace hasta las fábricas y negocios reconocidos por ser particularmente contaminantes para cerciorarse por sí mismos de lo que está ocurriendo", destaca.
Una meta del gobierno central de China es que, para 2020, en todas las ciudades de nivel de prefectura en adelante, los días despejados de cada año sean por lo menos el 80 por ciento. Es un objetivo ambicioso, que, por ahora, ni siquiera Lanzhou ha logrado.
"Lanzhou todavía tiene terreno por recorrer para llegar a esa meta. Incialmente, la contaminación disminuye controlando lo que es más fácil de controlar. Por lo tanto, el control de la polución es cada vez más difícil, y después de cada éxito, nuestra labor se torna más complicada", advierte Chen Yimin, funcionario de la autoridad ambiental local.