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India debe entender que la frontera es la cuestión fundamental

BEIJING, 11 jul (Xinhua) -- La intrusión militar de India en territorio chino es una obvia violación de la soberanía de China, que debe ser rectificada inmediata e incondicionalmente.

Desde que los soldados indios cruzaron en junio la frontera para adentrarse en territorio chino y obstaculizaron las obras en una carretera en el área de Doklam, China ha formulado varias protestas en las que ha exigido a India que retire sus tropas inmediatamente.

No obstante, Nueva Deli ve el incidente y sus acciones de una forma muy diferente.

Para estacionar ilegalmente sus tropas en suelo chino durante el mayor tiempo posible por vía de hecho, India declaró primero que China había invadido su frontera. Al reparar en que tales falsas alegaciones eran ridículas, cambió el tono y alegó que había emprendido acciones para "proteger" a Bután.

India, que dice que Bután es un aliado, aseguró que había intervenido a petición de su vecino, pero lo que subyace es que el gigante del sur de Asia intenta mantener y expandir su hegemonía regional.

El área de Doklam ha sido largamente reconocida como territorio soberano de China con claros argumentos históricos y legales, por lo que no existe ninguna razón en absoluto para la intrusión de India.

Si la parte india no respeta tan consolidado acuerdo y no corrige sus errores sin dilación, ¿cómo podrá merecer la confianza de sus demás vecinos, incluido Bután?

India no solo negó estar ejerciendo paternalismo regional, sino que se dedicó a hacer conjeturas y acusaciones infundadas acerca de las supuestas graves consideraciones para la seguridad que tendría la construcción de esta carretera por parte de China cerca de la frontera.

China tiene derecho a construir carreteras dentro de su territorio soberano. En los últimos años ha sido India la que ha efectuado obras en el tramo de Sikkim de la frontera con China.

El ministro de defensa indio, Arun Jaitley, clamó que "la India de 2017 es diferente a la de 1962", un órdago velado sobre la mejora militar, cargada de autosuficiencia, que su país ha experimentado desde el conflicto de hace 55 años, que se saldó con una amarga derrota del ejército indio.

No obstante, Jaitley no debería ignorar la postura firme y constante que China ha mantenido durante las últimas cinco décadas y su firme creencia en el principio de justicia internacional que prescribe que ningún país puede apuntalar su seguridad a costa de la soberanía de otro.

La retirada de las tropas indias de Doklam sigue siendo una condición previa para la paz bilateral, y China tomará todas las medidas necesarias para asegurar su integridad territorial.

India debe corregir sus errores y actuar con sinceridad para evitar que la situación se agrave aún más y se produzcan importantes consecuencias.

Después de todo, el país debería ser plenamente consciente del consenso compartido por todos los miembros de la comunidad internacional de que respetar las fronteras es la condición fundamental para una paz duradera.