Si bien pueden estar lejos de los seres humanos, estos policías pasan mucho tiempo en compañía de los animales que protegen.
Las criaturas huérfanas como el antílope se cuidan en la estación Sonam Dargye, que está a unos 60 kilómetros de Wudaoliang.
Los trabajadores que patrullan alrededor del lago Zhuonai durante la temporada de parto del antílope llevan a los cervatillos huérfanos al centro, donde se cuidan hasta que tengan la edad suficiente para regresar a la naturaleza.
Los trabajadores como Lhundrub Gyetse los alimentan con biberón de leche caliente hasta que estén lo suficientemente grandes como para comer hierba por sí mismos en los pastizales vallados.
"Gradualmente hay que minimizar su contacto con las personas para que puedan regresen a la naturaleza", explica Lhundrub.
El nativo de 28 años de edad, nacido en la Prefectura Autónoma Yushu aceptó el trabajo a la edad de 16 años, después de que se graduó de la secundaria básica.
Antes de que él fuera transferido de Wudaoliang, entre sus responsabilidades se incluye servir como "guardia de travesía" para que el antílope tibetano atraviese las carreteras principales durante las migraciones.
"Aprendimos con la experiencia", subraya Lhundrub. "Sólo se detiene el tráfico cuando el antílope líder se dispone a cruzar, así no desperdiciamos tiempo. Incluso algunos conductores hoy se ofrecen como voluntarios para ayudarles a establecer las barreras".