HONG KONG, 7 sep (Xinhua) -- La Universidad de Hong Kong de China emprendió hoy un estudio para indagar si las imágenes de la retina o los marcadores biológicos sanguíneos en la población china pueden ser usados para detectar los inicios de la enfermedad de Alzheimer (EA).
Más de la mitad de los casos de demencia están relacionados con la EA, que de acuerdo con los investigadores de la universidad está asociada con una acumulación excesiva de placas amiloides proteicas anormales. Cuando esta proteína y nudos neurofibrilares se forman en el cerebro humano, conducen a la muerte de las células cerebrales y dan como resultado una disminución cognitiva progresiva.
Vincent Chung Tong Mok, director de la División de Neurología del Departamento de Medicina y Terapéutica de la universidad, señaló que los estudios recientes sugieren que el tratamiento anti-amiloide podría prevenir una mayor degeneración congnitiva sólo si se ofrece cuando la enfermedad se encuentra en una etapa temprana.
Actualmente, el diagnóstico de la EA en una etapa temprana requiere del uso de exploración de tomografías por emisión de positrones (TEP) de amiloide o de pruebas de fluido cerebroespinal obtenido mediante punciones lumbares.
No obstante, esas investigaciones son invasivas y no de fácil acceso. Se espera que el estudio recién iniciado pueda ayudar a explorar si las imágenes de retina o los biomarcadores sanguíneos en la población china pueden ser utilizados para detectar de manera temprana la EA.
Carol Yim Lui Cheung, profesora adjunta del Departamento de Oftalmología y Ciencias Visuales de la universidad, señaló que la retina existe como una extensión del sistema nervioso central y ofrece una "ventana" para estudiar los daños cerebrales microvasculares y neurodegenerativos.
"Hemos logrado un progreso importante en el desarrollo y aplicación de las imágenes retinianas como una prueba biomarcadora no invasiva para estudiar la patología microvascular y neuronal en el ojo y en el cerebro", dijo la profesora.
Un total de 100 sujetos de entre 50 y 80 años de edad serán reclutados para el estudio, incluidos pacientes con deterioro cognitivo leve, demencia de EA y sujetos con cognición normal. Ellos se someterán a una serie de valoraciones clínicas, incluidas pruebas cognitivas, pruebas de sangre y exploración de imágenes por resonancia magnética (IRM) cerebrales y TEP de amiloide.