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Lo bueno y lo malo de la quiebra de una empresa de bicicletas compartidas

Actualizado a las 22/11/2017 - 16:06
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Lo bueno y lo malo de la quiebra de una empresa de bicicletas compartidas
Lo bueno y lo malo de la quiebra de una empresa de bicicletas compartidas

Beijing,22/11/2017(El Pueblo en Línea)-Hasta hace poco, una importante empresa de bicicletas compartidas (junto a Mobike y Ofo), Bluegogo, se vio al borde de la quiebra. En medio de temores de que la compañía cargada de deudas pueda desaparecer sin devolver los depósitos a los usuarios, su fundador Li Gang publicó un comunicado en línea el jueves en un intento por asegurar a los clientes que sus depósitos están asegurados y se devolverán.

"He cometido errores", dijo. "No estoy seguro si la compañía está acabada, pero seguiré luchando hasta el final".

Los informes dicen que la compañía se ha disuelto y debe casi 200 millones de yuanes (31 millones de dólares) a los fabricantes de bicicletas. Muchas de sus bicicletas azules sin muelle, aptas para ciclistas, están en mal estado por falta de mantenimiento, mientras que a decenas de empleados no se les ha pagado desde hace seis meses. El mismo destino parece haber sucedido a muchas compañías rivales mal administradas.

Mientras los usuarios lamentan la "maldita" expansión de Bluegogo y están ansiosos por recuperar su depósito de 99 yuanes, es hora de reflexionar sobre la saturación del sector de las bicicletas compartidas, que podría provocar enormes riesgos financieros.

El hecho de no devolver el depósito a los usuarios y no pagar el salario a sus empleados es solo los últimos episodios de una serie de problemas de Bluegogo. El desafortunado lanzamiento de la empresa de bicicletas compartidas en San Francisco, donde tuvo que retirar miles de bicicletas de las calles después de una batalla prolongada con el gobierno de la ciudad a principios de este año, de alguna manera marcó su colapso.

Mobike y Ofo también se han enfrentado a los mismos problemas, desde una rentabilidad cuestionable hasta restricciones de política en sus costosas incursiones en el extranjero, pero han logrado sobrevivir. Además, la economía compartida de China es un juego en el que el ganador se lo lleva todo, independientemente de dónde se encuentre el campo de batalla.

Las teorías tradicionales de la competencia en el mercado no pueden explicar lo que está sucediendo con los numerosos rivales de Mobike y Ofo. Bluegogo lanzó 600,000 bicicletas en solo seis meses desde enero y ganó 20 millones de usuarios, recaudando alrededor de 400 millones de yuanes en depósitos. Estas son cifras impresionantes para cualquier empresa tecnológica nueva. Pero los dos gigantes de las bicicletas compartidas, Mobike y Ofo, han desembolsado una inversión de casi 2.000 millones de dólares este año.

El posible colapso de Bluegogo transmite señales diferentes. La imposibilidad de devolver el depósito a los clientes sugiere que la empresa no abrió una cuenta bancaria especial para guardar el dinero recaudado, como dice la guía sobre negocios de bicicletas compartidas. Estos depósitos seguramente hayan sido utilizados sin autorización con propósitos no claros.

No hay mucho que los clientes puedan hacer para recuperar sus depósitos si una empresa de alquiler de bicicletas se declara en quiebra. El dinero que pagan los usuarios a las empresas de bicicletas compartidos en concepto de depósito no debe usarse bajo ninguna circunstancia y debe devolverse a petición de los clientes. Estas empresas deberán enfrentarse a serias consecuencias si rechazan la supervisión de terceros y malversan los depósitos de los clientes.

Impulsado por el capital de riesgo y el auge de la economía compartida, el monopolio en la saturada industria de las bicicletas compartidas puede acabar con la competencia. Todavía hay esperanza, sin embargo. Los usuarios en las ciudades eligen Mobike u Ofo principalmente porque estas compañías ofrecen servicios casi gratuitos y a medida, lo que significa que los consumidores podrían dejar de usar una de las dos cuando el negocio vaya mal. Las grandes compañías no pueden darse el lujo de ser complacientes. Deben esforzarse más por mejorar la rentabilidad y la gestión.

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