Beijing,25/12/2017(El Pueblo en Línea)-Cuando se les pregunta acerca de sus planes de inversión en China, la respuesta típica de los ejecutivos extranjeros se puede resumir en "Estamos en China, para China".
Esto es particularmente cierto para aquellos que dirigen las operaciones de las corporaciones globales en China, especialmente las de Estados Unidos.
Muchos de ellos han dejado de citar cifras. En cambio, se muestran elocuentes sobre las tendencias del mercado.
Durante años, los inversores y fabricantes extranjeros buscaron principalmente mano de obra barata en China. Ya no.
Su enfoque se está desplazando al mercado de consumo justo cuando el enfoque económico de China se está desplazando hacia un crecimiento impulsado por el consumo.
Desde hace algún tiempo, los foros empresariales y los expertos expresaron su preocupación de que China pueda estar perdiendo lentamente su atractivo como destino de IED, o inversión extranjera directa, para productos industriales de gama baja.
Ahora, ¿es eso algo malo? O formulemos de nuevo la pregunta: ¿no es eso algo bueno?
Las preocupaciones sobre la IED se debieron a una menor demanda mundial de bienes y otros factores, como el aumento de los costes de la mano de obra y las materias primas. Pero me alegro de que muchas multinacionales hayan trasladado sus fábricas de productos químicos, fábricas de papel, imprentas y teñidoras de China a los países vecinos.
Es hora de que China persiga un modelo de desarrollo sostenible (como, por ejemplo, Alemania y Francia lo han estado haciendo durante décadas).
Aparentemente, una transformación tan masiva no será fácil para China. Hubo un tiempo en que su fuerza de trabajo solía ganarse la vida trabajando en fábricas anticuadas. Sin embargo, las prioridades económicas cambiantes de China significan que el tema de la fuerza de trabajo debe manejarse bien durante las reformas.
Porque, en 1998, cuando China aceleró la reforma de las empresas de propiedad estatal, dio como resultado una mayor eficiencia. Pero, lo que es más importante, a medida que las empresas de propiedad estatal se fusionaron o cerraron debido a la bancarrota, aproximadamente 27,8 millones de trabajadores también perdieron sus empleos.
Ahora, el sector de servicios en auge de China es totalmente capaz de minimizar la tasa de desempleo a medida que el país ha fortalecido el desarrollo de plataformas favorables para las empresas. Existen diversos modelos de desarrollo empresarial. Las empresas de diversos tamaños forman parte de un ecosistema marcado por una clara división del trabajo y beneficios compartidos.
Sin duda, la IED en China no se ha ralentizado. Por el contrario, ha tomado un camino diferente, uno que podría poner al país a la vanguardia de las inversiones de alta tecnología por parte de compañías extranjeras.
Más importante aún, también ha habido un cambio radical en la dirección de los flujos de IED. Con la fabricación de bajo coste perdiendo su ventaja, la IED ahora se está alejando de las prósperas regiones costeras y orientales de China hacia las regiones interiores y occidentales menos desarrolladas.
Después de conducir años de desarrollo, el gobierno chino ahora comprende que las compañías globales tengan el potencial de desempeñar un papel clave en la renovación de la economía.
Pero las empresas extranjeras también deben ser conscientes de que China necesita socios confiables que piensen a largo plazo y no eludan desafíos como el aumento del coste laboral que se avecina.