Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 27 ene (Xinhua) -- Las mujeres bolivianas consolidaron en la última década una mayor presencia en espacios de poder político, pero ésta aún sigue siendo nominal en su ejercicio autónomo, consideraron una legisladora, una activista y un politólogo.
La secretaria ejecutiva de la Coordinadora de las Mujeres, Mónica Novillo, la senadora oficialista, Nélida Sifuentes, y el politólogo, Carlos Cordero, plantearon por separado en entrevistas con Xinhua, un rompimiento de la estructura política masculina del Estado para el ejercicio real del poder de las mujeres.
Las elecciones nacionales de octubre de 2014 para la gestión 2015-2020 y las subnacionales de marzo de 2015 consolidaron la presencia de la mujer en las asambleas nacional, departamentales y concejos municipales en un promedio del 50 por ciento.
De acuerdo con datos estadísticos de la Coordinadora de la Mujer, la paridad y alternancia permitió la presencia de la mujer en un promedio del 50 por ciento en los cargos electivos en la Asamblea Legislativa, asambleas departamentales, concejos municipales, el Organo Electoral y el Organo de Justicia, pero no en el Poder Ejecutivo, donde es decisión constitucional del presidente elegir a sus colaboradores.
Bolivia es el segundo país del mundo que logró alcanzar la equidad de género en el ámbito político, después de Ruanda, según un informe presentado en 2017 por la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres) y la Unión Interparlamentaria (UIP).
Además, ese informe señala que Bolivia cuenta con el 53,1 por ciento de los puestos ocupados por mujeres en el Poder Legislativo (69 de 130) y Cuba con el 48,9 (299 de 612), sólo superados por Ruanda, con el 61,3 (49 de 80).
El analista político Cordero, reconoció que Bolivia es uno de los países que más avanzó en el marco normativo a favor del ejercicio de la participación política de las mujeres, por ello se coloca a la vanguardia de la paridad de género en América Latina.
Reflexionó que uno de los ámbitos más conservadores, machistas y excluyentes es la política.
"Para que esas conductas culturales cambien hay que esperar muchos años, eso va acompañado de la educación", explicó.
El politólogo dijo que es necesario un mayor empoderamiento de la mujer respecto a la estructura del Estado y sus mecanismos, no sólo en términos de presencia numérica, sino de la calidad de esa participación en temas de gestión pública, en accionar político y en la transformación del Estado.
En tanto, Novillo dijo que una de las causas de la falta del ejercicio de poder efectivo de la mujer en los espacios de poder político es el diseño de la estructura del Estado, la cual favorece a los hombres.
"La participación de la mujer en el ámbito político y en el Estado es aún solo cuantitativa por la hegemonía machista que no da lugar a un ejercicio libre pensamiento, ni decisión y menos la apertura de liderazgos", aseveró.
La secretaria ejecutiva de la Coordinadora de las Mujeres asume como tarea permanente profundizar las medidas legales de igualdad y cambiar la estructura machista en los partidos políticos, con apoyo del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Para ello, su organización propuso modificaciones a la Ley de Partidos que permita una mayor fiscalización en el cumplimiento de estatutos internos para hacer efectiva la apertura paritaria al género femenino en el poder de decisión.
Por su parte, la senadora Sifuentes reconoció que la sociedad visibiliza a las mujeres con mayores espacios de poder, pero con poca influencia ante el sometimiento de las estructuras estatales y políticas diseñadas para el dominio masculino.
La senadora Sifuentes admitió que en el país se ha promovido "poco" la formación de liderazgos, por tanto, propuso como reto la formación de lideresas en lo político.
La legisladora oficialista consideró que el desafío "mayor" es la "despatriarcalización del Estado", diseñado para el dominio masculino.
"Esta es una tarea de la voluntad política en términos constitucionales y legales", agregó.