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COMENTARIO: "Era Dorada" de lazos entre China y el Reino Unido brillará aún más

Por Jin Jing y Gu Zhenqiu

LONDRES, 31 ene (Xinhua) -- Rara vez es tan esperada una visita oficial de un primer ministro del Reino Unido a China, después de un retraso informado desde principios del año pasado debido a las incertidumbres que vivía el país europeo. Ahora es un hecho.

Después de un año de las elecciones generales, un reajuste del gabinete y unas complicadas negociaciones del Brexit aún en curso, la primera ministra británica, Theresa May, iniciará este miércoles su primera visita oficial a China desde que asumió su cargo en 2016.

La visita de tres días es también la primera de un premier británico a China desde que el presidente chino, Xi Jinping, hizo una gira por el Reino Unido en octubre de 2015, cuando ambos países acordaron adoptar una "Era Dorada" en las relaciones bilaterales.

La llegada de May a China se da poco después de la visita de Estado del presidente francés, Emmanuel Macron, a principios de enero. Esto es una muestra fehaciente del anhelo de los dos países europeos por mejorar sus vínculos a nivel global en tiempos en que la incertidumbre y los desafíos se acrecientan en todo el mundo.

Para mitigar el impacto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), Londres está bajo una inmensa presión para consolidar sus relaciones comerciales bilaterales más allá de los países europeos.

El Reino Unido es el segundo socio comercial de China dentro de la UE y China es el segundo mayor socio comercial de Gran Bretaña por fuera de la UE.

El volumen comercial entre los dos países alcanzó los 79.000 millones de dólares en 2017, y de ahí que China sea uno de los países en los que Londres tiene centradas sus esperanzas con la firma de un acuerdo de libre comercio una vez salga de la UE en marzo de 2019.

Mientras Washington lanza más medidas con cierto olor a proteccionismo, las relaciones entre Beijing y Londres tienen la oportunidad de alcanzar un nuevo récord ya que ambas partes siguen comprometidas con el libre comercio y la globalización.

Mejor aún, con el "efecto liberalizador" del Brexit, el Reino Unido puede dar una mirada más allá de sus tradicionales socios, la UE y Estados Unidos, y ver a China como un socio con importantes nuevas posibilidades.

En un resultado importante alcanzado en el reciente Diálogo Económico y Financiero entre China y el Reino Unido, los dos han propuesto la creación de un fondo de inversión bilateral con una primera ronda de inversiones por unos 1.300 millones de dólares, a fin de crear puestos de trabajo, promover el comercio y apoyar la iniciativa china de la Franja y la Ruta.

Los dos países también planean redoblar la cooperación práctica en algunos campos como la tecnología nuclear, los trenes de alta velocidad, energía, industria aeroespacial e inteligencia artificial, entre otros.

La relación entre China y el Reino Unido ha sido considerada como ejemplar en los lazos entre China y Occidente, en términos de dejar a un lado las diferencias y buscar un posible terreno común.

Gran Bretaña fue uno de los primeros países de Occidente en sumarse a la propuesta china del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), como miembro fundador.

El importante proyecto nuclear Hinkley Point C, con un tercio de las inversiones realizadas por parte de una compañía china, dará energía a seis millones de hogares en 2025, creando 25.000 puestos de trabajo durante su construcción y 900 cargos permanentes durante los 60 años de vida de la estación.

La visita en octubre pasado de la flota de escolta naval china al Muelle Canary, en el corazón de Londres, fue la primera en la historia y es otro símbolo del mejoramiento de la confianza mutua entre los dos países.

El viaje de May a China, con un espíritu prospectivo, puede ayudar a posicionar las relaciones en una nueva fase de la "Era Dorada".

Una estrecha relación entre China y el Reino Unido no solamente es beneficiosa para los dos países, sino que también envía un fuerte y enérgico mensaje a todo el mundo de que el libre comercio aún prevalece.

Sin embargo, la confianza se ha logrado con un trabajo muy duro y se puede perder muy fácilmente. Los lazos entre China y el Reino Unido entraron en un periodo de prueba cuando May, poco después de convertirse en la primer ministra británica en 2016, retrasó el ya aprobado proyecto Hinkley Point C argumentando "preocupaciones de seguridad" acerca de las inversiones chinas.

Esa campanada infundada de "chinofobia" va en detrimento, no solamente de las relaciones entre China y el Reino Unido, sino también de la imagen muy pregonada por la líder británica de una "Gran Bretaña Global".

Unos lazos bilaterales estrechos, como otras relaciones, necesitan una confianza mutua estable y una visión a largo plazo.

"La edad de oro está ante nosotros, no detrás de nosotros", las palabras de William Shakespeare no pueden ser más precisas en estos tiempos de incertidumbre. En la "Era Dorada", los lazos entre China y el Reino Unido necesitan ser pulidos y nutridos para que permanezcan brillantes y se vuelvan aún más radiantes.