Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 9 abr (Xinhua) -- Bolivia expondrá por primera vez los rostros reconstruidos con tecnología de habitantes de la cultura precolombina de Tiwanaku, la cual se desarrolló en la región andina del año 1580 antes de Cristo al año 1187 después de Cristo.
La ministra boliviana de Culturas y Turismo, Wilma Alanoca Mamani, dijo en entrevista con Xinhua que este emprendimiento científico se desarrolló a partir de los cráneos deformados que conserva el Museo Nacional de Arqueología.
El proyecto de reconstrucción facial se realiza "con el propósito de conocer los rostros de los tiwanakotas que habitaron la parte andina del país (hace) más de 3.000 años", explicó.
El Museo Nacional de Arqueología tiene unos 150 cráneos de tiwanakotas con deformación, muchos de los cuales son sometidos a la reconstrucción facial como parte de un proyecto de mediano plazo.
El objetivo es conocer la fisonomía de una diversidad de personas tiwanakotas que fueron sometidas a dicha deformación para distinguirse de los demás, y que se prevé era por la estructura social y económica.
El programa forma parte de las acciones que realiza el Ministerio de Culturas y Turismo para recuperar, preservar y promocionar la cultura y el patrimonio boliviano.
Este trabajo científico es desarrollado por profesionales bolivianos, entre ellos el antropólogo forense, Luis Castedo Zapata, quien se especializó en el extranjero con técnicas modernas y avanzadas.
Zapata encabeza el trabajo que se desarrolla en el laboratorio del Museo Nacional de Arqueología.
"El resultado de este trabajo permitirá tener la oportunidad de conocer cómo era la fisionomía o rostros de los tiwanakotas que habitaron en los alrededores del lago Titicaca", agregó Alanoca.
La ministra explicó que incluso el estudio del cráneo deformado intencionalmente en esos tiempos tiene varias interpretaciones, que también son motivo de estudio.
"Se dice que dentro de las familias de mayor linaje o de quienes existía jerarquía era un símbolo de belleza, por lo que se crearon unos antifaces de cañas y lanas, los cuales ataban fuertemente a la cabeza de los niños que era usada por ellos durante años, logrando así el hundimiento de sus pómulos y además la deformación de sus cráneos", señaló.
Añadió que los cráneos pertenecen a un estatus elevado, por la calidad y cantidad de elementos hallados en las ofrendas, a diferencia de individuos con los cráneos normales de la misma cultura.
"Es parte de nuestra cultura y tenemos que trabajar en estas investigaciones", agregó.
PROCEDIMIENTO Y FASES
El arqueólogo forense boliviano declaró a Xinhua que los rostros reconstruidos de estos cráneos con deformaciones faciales pertenecientes a la cultura tiwanakota serán expuestos en mayo próximo para que el público pueda apreciarlos.
Para el trabajo de reconstrucción facial se utilizan los cráneos originales, instrumentos de craneometría, materiales de látex, arcilla y un programa informático avanzado.
"Con el trabajo avanzado hasta el momento sólo nos falta un 4 por ciento, que corresponde a la reconstrucción de la piel y su color", agregó.
Con esta técnica, empleada por primera vez en Bolivia, la reconstrucción de cada cráneo demanda un tiempo de unos dos meses, en vista a que se somete a un trabajo de precisión.
El proyecto de arqueología forense, que comenzó en 2015, se desarrolla con tecnología 3D impulsado por el Ministerio de Culturas.
Hasta la fecha, tres rostros están prácticamente listos: el de un niño de dos años de edad y de dos adultos de entre 25 y 42 años, cuyos cráneos, junto a otros 150, fueron otorgados para su investigación por el Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y de Administración de Tiwanaku.
De acuerdo con el experto, se realizan al menos tres etapas para la restauración facial.
La primera, de reconstrucción, se inicia con un estudio craneométrico para obtener las medidas de cada cráneo y los índices faciales que pueden estar acompañados por una tomografía axial de los cráneos.
La segunda, explicó Zapata, consiste en la aplicación de goma látex en su forma líquida, sobre los cráneos, para replicar los mismos en yeso cerámico y realizar la reconstrucción facial aproximada.
En la tercera etapa se realiza el modelado, que comienza con la ubicación de puntos craneométricos.