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ANALISIS: Piñera gobierna Chile con clima político polarizado y altas expectativas económicas

Por Cristóbal Chávez Bravo

SANTIAGO, 10 abr (Xinhua) -- Tras un mes de gobierno, el presidente chileno, Sebastián Piñera, ha dado las primeras luces de las directrices que tomará su gestión en los próximos cuatro años, en un escenario político polarizado y con altas expectativas económicas.

Desde la llegada de Piñera al Palacio de La Moneda, el 11 de marzo, la economía del país mejoró sus proyecciones tras los anuncios para reducir el gasto fiscal y mejorar el crecimiento del país.

Según la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central chileno, las cifras de crecimiento económico para este año pasaron de 3,2 a 3,5 por ciento, con proyecciones de seguir aumentando hasta llegar a un 4 por ciento en 2019.

"Yo creo que será un 5 por ciento", consideró el académico de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, en entrevista con Xinhua.

"Hay sectores como la industria y la manufactura que se han visto beneficiados. Incluso, la construcción también da algunas señales de estar recuperándose después de un periodo muy largo en el cual prácticamente no hubo inversión", afirmó el académico.

Alarcón mencionó que el primer mes de Piñera al frente del gobierno ha sido acompañado por un consistente aumento de optimismo y de buenas expectativas económicas, tanto de consumidores como de empresas.

El presidente chileno obtuvo un 49 por ciento de aprobación en el primer mes de su segundo mandato, la cifra más baja en los últimos tres gobiernos, según un estudio presentado la semana pasada por la empresa de investigación de mercado y opinión pública GfK Adimark.

Una realidad muy distinta a la que consiguió en su primer periodo como mandatario, de 2010 y 2014, cuando en sus primeras cuatro semanas alcanzó un 60 por ciento de apoyo.

En materia social, el mandatario chileno anunció en las primeras semanas una mayor subvención a instituciones que colaboran con el Servicio Nacional de Menores (Sename) para la protección de niños y adolescentes del país, uno de los mayores problemas de los últimos gobiernos chilenos.

Según cifras oficiales, durante los últimos 11 años murieron 1.313 niños bajo la protección del Estado en algunas de sus modalidades.

A este aviso se suma el proyecto de ley de migración para modernizar el sistema de extranjería, tras el aumento histórico de extranjeros que ha recibido el país en los últimos años.

También destaca un plan de proinversión que desarrolla el Ministerio de Economía y que será anunciado las próximas semanas.

No obstante, expertos consideraron que las iniciativas presentadas requieren elevar el gasto fiscal, lo cual va en dirección contraria a lo anunciado por el ministro chileno de Hacienda, Felipe Larraín.

Según Alarcón, para cuadrar la ecuación de aumentar las políticas sociales y disminuir los gastos se deben reasignar gastos públicos.

"Aquí va a ser muy importante ver las reasignaciones, no cabe duda que el gasto público social tiene que ser reforzado en muchas partes. Es cosa de ver lo que está pasando con la infancia", detalló.

Alarcón alertó que el gran desafío político de Piñera para impulsar sus reformas económicas será conseguir el apoyo en el Congreso, donde la oposición tiene la mayoría.

Para la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Claudia Heiss, el escenario está más "polarizado", a diferencia del primer periodo de Piñera.

Al gobierno de Piñera se le critica la modificación que concretó el Ministerio de Salud al protocolo de objeción de conciencia para realizar un aborto en Chile, una ley aprobada durante la gestión pasada y que ha dividido a la sociedad chilena.

Esto se suma al rechazo del Tribunal Constitucional a la indicación de la reforma universitaria que prohibía la inclusión de personas o corporaciones con fines de lucro entre los sostenedores de las universidades privadas, una iniciativa que, pese a que la plantearon fuera de Chile Vamos, el conglomerado de Piñera, "va en la dirección de la agenda del gobierno", explicó.

Para Heiss, hubo "desaciertos importantes" en el arranque de Piñera en su gobierno.

Por primera vez desde el retorno a la democracia en Chile, tras el gobierno de facto de Augusto Pinochet (1973-1990), un presidente chileno tienen dos bloques de oposición.

Por un lado está la desintegrada coalición Nueva Mayoría, un grupo político de centroizquierda que defiende el legado de la ex mandataria Michelle Bachelet y, por otro, el Frente Amplio, movimiento de izquierda que une a varios grupos conformados por ex dirigentes universitarios que ahora son legisladores, en su mayoría menores a 30 años.

El analista político y académico de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile, Ernesto Aguila, expresó que el gobierno de Piñera ha despegado dos tipos de agenda.

"En una se invita a dialogar y a llegar a acuerdos en torno a cinco grandes temas, entre ellos infancia, seguridad ciudadana, desarrollo y temas indígenas", aseguró.

Sin embargo, el experto también precisó que existe otra agenda que "afirma una impronta que uno podría definir en este gobierno como de reafirmación de cierta identidad en lo económico social por el modelo neoliberal y en lo más 'valórico-cultural', con cierto mayor conservadurismo".

En las primeras semanas de marzo, 20 secretarios regionales ministeriales nombrados por el presidente chileno tuvieron que renunciar por múltiples razones, entre estas corrupción, falta a la probidad o juicios en proceso.

"Ha sido un mes de gobierno en instalación, con una cierta retórica de los acuerdos y por otro lado una agenda de orden más bien restauradora", agregó Aguila.