Por Pei Jianrong
MEXICO, 11 abr (Xinhua) -- El futuro de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, compromisos concretos contra la corrupción y el tema de Venezuela serán las prioridades en la VIII Cumbre de las Américas que se celebrará los próximos días 13 y 14 en la capital peruana de Lima.
RELACIONES EEUU-AMERICA LATINA
A pocos días de la inauguración de la Cumbre de Américas, la Casa Blanca anunció el martes que Trump no viajará a Perú ni a Colombia este fin de semana, para "supervisar la repuesta estadounidense a Siria y vigilar los acontecimientos globales", y enviará en su lugar al vicepresidente, Mike Pence.
Tras la investidura de Trump, las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y algunos países latinoamericanos han experimentado giros e incluso retrocesos.
Trump ha venido elevando la tensión con México al anunciar la construcción de un muro en la frontera común, al ordenar el despliegue de la Guardia Nacional en la línea fronteriza y al amenazar con terminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El mandatario ha enfriado el deshielo con Cuba, con la prohibición de los viajes individuales de estadounidenses a la isla y el comercio con empresas vinculadas a las Fuerzas Armadas cubanas.
En octubre pasado, Estados Unidos anunció la expulsión de 15 funcionarios de la embajada cubana en Washington en respuesta a los supuestos "ataques" acústicos contra los diplomáticos estadounidenses en Cuba, después de reducir de manera sustancial el personal de su embajada en La Habana.
A raíz de la Asamblea Constituyente y el anuncio de adelantar las elecciones presidenciales en Venezuela, Washington ha emitido una serie de sanciones financieras contra Caracas, incluyendo a varios altos funcionarios venezolanos en su lista negra, en la que está el presidente Nicolás Maduro.
"Indiscutiblemente van a enfrentarse una visión integracionista regional y la visión hegemónica de Estados Unidos, que pretende de alguna manera una relación absolutamente de subordinación y de servicio en la región", señaló el politólogo cubano Iroel Sánchez.
Chen Yuanting, directora del departamento de relaciones internacionales del Instituto de América Latina (IAL) de la Academia de Ciencias Sociales de China, indicó que el posible mensaje que transmitirá el vicepresidente Pence acerca del futuro de las relaciones EEUU-América Latina llamará la atención del mundo entero.
TEMA DE VENEZUELA
Sin duda, el tema de Venezuela ha sido una de las cuestiones más complicadas en el terreno político de América Latina.
Se prevé la ausencia de Venezuela en la VIII Cumbre de las Américas, en virtud de que el gobierno peruano retiró en febrero la invitación girada al presidente Maduro para participar en la cita.
La decisión fue respaldada por los países que integran el llamado Grupo de Lima, pero fue criticada por varias naciones de la región, como Bolivia, Uruguay, Cuba y Nicaragua.
El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, expresó el 23 de marzo su apoyo a la presencia de Venezuela en la Cumbre de las Américas, y enfatizó que Perú no tiene "atribuciones" para "decir a quién recibe y a quién no".
El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, envió una carta al entonces mandatario peruano, Pedro Pablo Kuczynski, horas antes de que éste renunciara, donde le pedía que revisara su decisión de "retirar la invitación" a Maduro para participar en la Cumbre.
"Los conflictos se solucionan con diálogo franco y los problemas de la democracia se superan con más democracia", señaló Vázquez en la misiva.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, por su parte, también envió una carta a Kuczynski para solicitarle que restituya la invitación al mandatario venezolano.
Con esa decisión, se estaría sentando un mal precedente en el que los procesos de integración estarían regulados por conductas "arbitrarias, intolerantes y unilaterales", dijo Morales en la carta.
En opinión del experto chino Wang Peng, también del IAL, el retiro de la invitación a Maduro constituye un nuevo intento de aislar a Venezuela por parte del Grupo de Lima.
"El Grupo de Lima (integrado por 12 naciones de América), alineado a la política injerencista norteamericana, pretende convertir la Cumbre en un tribunal de condena a Venezuela, utilizando la lucha anticorrupción como pretexto", expresó la especialista venezolana Andreína Tarazón, presidenta del Centro de Altos Estudios del Desarrollo y las Economías Emergentes.
LUCHA ANTICORRUPCIÓN
La tormenta contra la corrupción en América Latina llegó a su cima con el encarcelamiento del ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el 7 de abril, para cumplir los 12 años y un mes de cárcel que le impuso la Justicia en el caso de corruptelas en la petrolera estatal Petrobras.
El 21 de marzo, Kuczynski anunció su renuncia al cargo de presidente de Perú por presuntos nexos con la constructora brasileña Odebrecht, envuelta en el escándalo por sus actos de corrupción en varios países de América Latina.
El año pasado, el ex vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, fue condenado por un tribunal de justicia a seis años de prisión por un caso de asociación ilícita también relacionado con Odebrecht.
Los países latinoamericanos necesitan fortalecer su liderazgo institucional para luchar contra la corrupción, afirmó el sociólogo peruano Rubén Ticona, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
"Lamentablemente, la experiencia histórica y de los últimos tiempos nos muestra una clase política que no está a la altura de las circunstancias, de las demandas y de los retos que hoy demanda la sociedad", anotó.
En opinión de la experta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Yadira Gálvez, "la corrupción ha cobrado una gran relevancia en los últimos años en la región, y se ha convertido en un fenómeno que crece y afecta al sistema político, económico, e inclusive el deportivo y social".
Para revertir esas prácticas, es necesario un cambio cultural y aprovechar esos mecanismos de la transparencia y acceso a la información a la ciudadanía, sin olvidar acabar con las prácticas corruptas sociales que aún existen en algunos países, y que día a día se llevan a través de sobornos a policías o funcionarios bajos, que aún son corrompibles, indicó.
Según los analistas, la lucha contra la corrupción en América Latina exige respuestas más efectivas, más ahora que se aproximan elecciones generales en varios países de la región.