RIO DE JANEIRO, 28 may (Xinhua) -- El presidente de la Asociación Brasileña de los Camioneros (Abcam), José de Fonseca Lopes, dijo hoy que del 70 al 80 por ciento de sus afiliados que protestaban desde el lunes pasado contra el alza al precio de combustibles han levantado los bloqueos.
Los que todavía se manifiestan "son personas que quieren derribar al gobierno", agregó el líder de la Abcam, una de las principales impulsoras de la medida de fuerza y que reúne a un millón de camioneros.
En declaraciones a periodistas, Lopes denunció que hay camioneros que quieren volver al trabajo, sin embargo son impedidos por "intervencionistas" que quieren hacer caer el gobierno del presidente brasileño, Michel Temer.
"No son camioneros los que están haciendo la huelga ahora. Hay un grupo muy fuerte de intervencionistas allá y yo vi esto aquí en Brasilia, y ellos están prendiendo camiones en cualquier lugar", explicó Lopes.
"No tengo nada a ver con estas personas ni nuestros camioneros autónomos tienen algo que ver. Pero están siendo usados para esto", agregó.
Lopes señaló que las principales reivindicaciones ahora se encuentran en el estado de Sao Paulo (sureste), considerado el motor económico de Brasil.
"En Sao Paulo aún persisten focos de protestas, pero la policía desalojará pronto todos los bloqueos. En Brasilia, por ejemplo, el 70 por ciento de las gasolineras ya disponen de combustible", afirmó.
Según el presidente de la Abcam, las medidas anunciadas por el gobierno para poner fin a la huelga "resolvieron el problema de la categoría tranquilamente", por lo que "ahora que hemos sido atendidos en nuestras demandas, es hora de desmovilizarnos".
El presidente Temer expresó este lunes su confianza de que la paralización de los camioneros que opera desde hace una semana termine mañana martes, tras el acuerdo alcanzado la noche del domingo entre el gobierno y los líderes del movimiento.
"Tengo absoluta convicción de que, entre hoy y mañana, bajo la recomendación de sus líderes, se cerrará la huelga", dijo el mandatario durante un acto en el Palacio de Planalto, sede de la Presidencia.
Temer afirmó que, a lo largo de las negociaciones con los camioneros por el fin de la paralización, ignoró recomendaciones para utilizar la fuerza fuerza pública y prefirió optar por el diálogo.
"En ese episodio que estamos viviendo ahora y, si Dios quiere, enseguida superaremos. Se entendió que al principio yo podría utilizar de toda la fuerza necesaria para que ya en el primer día pudiera contener el movimiento. No lo hicimos, optamos por el acuerdo, el diálogo y conciliación", enfatizó.
El viernes pasado, en medio de las negociaciones, Temer movilizó a las Fuerzas Armadas y a la Policía para desbaratar el paro. Sin embargo, la medida tuvo un impacto limitado durante el fin de semana, con la continuidad de los bloqueos carreteros.
El presidente de Brasil anunció el domingo por la noche una reducción de 0,46 reales (0,13 dólares) en el precio del diesel ofrecido en las bombas de las gasolineras, la congelación de precios por 60 días, el fin del cobro de peaje a los camiones que circulan vacíos y una tabla oficial de precio mínimo para los servicios de flete.
En su octavo día, la paralización de los transportistas, además de la falta de abastecimiento de gasolina en la mayoría de las ciudades, generó impacto en el funcionamiento de escuelas, universidades, aeropuertos, mercados, bancos e incluso del Poder Judicial.