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ESPECIAL: Cuba aspira a buena cosecha tabacalera pese a daños climatológicos

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 20 oct (Xinhua) -- El paso del huracán Michael la semana pasada en Cuba golpeó la siembra de tabaco, no obstante las autoridades esperan una buena cosecha con el cultivo de más de 31.000 hectáreas.

Por los daños sufridos en Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba y cuna de las mejores hojas para capas, el inicio de la cosecha se desplazó hacia Sancti Spíritus, al centro del país, en un intento por aprovechar el tiempo con una siembra temprana, afirmó el ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez.

"El inicio de la siembra temprana posibilita lograr más y mejor tabaco", dijo Rodríguez citado por la televisión nacional.

La decisión de adelantar la cosecha está asociada a los daños en Pinar del Río, donde el huracán Michael afectó techos de almacenes, casas de cura de tabaco, unos 60.000 canteros de semilleros y las cubiertas de 70 túneles para posturas, de los cuales 12 fueron devastados.

"Lo que ha pasado no va a afectar la campaña del tabaco en Pinar del Río. Se está recuperando y estamos a tiempo", afirmó por su parte el director del estatal Grupo Empresarial Tabacuba, Justo Luis Fuentes.

De acuerdo con Fuentes, los recursos e insumos fundamentales están en cada una de las empresas y la base productiva y "los productores mantienen la misma motivación que tenían antes de que pasara el evento climatológico".

Pinar del Río, donde está la productiva y afamada zona de Vueltabajo, es responsable de más del 67 por ciento de la producción tabacalera de Cuba, que complementa Sancti Spíritus con el aporte del 15 por ciento.

El otro 18 por ciento corre a cargo de pequeñas áreas distribuidas a lo largo de Cuba.

En la cosecha que se inicia se deben sembrar más de 31.000 hectáreas, con las cuales se prevé acopiar unas 34.405 toneladas de la hoja.

Fuentes señaló que la campaña persigue superar la anterior no sólo en la cantidad de la solanácea cosechada, "sino en calidad y rendimiento por hectárea, porque es la única manera de que el país pueda cumplir con los compromisos para el torcido de exportación".

Durante esta temporada se aspira a asegurar la siembra antes de concluir diciembre, una estrategia que coincide con el periodo óptimo de plantación y donde se prioriza el tabaco tapado destinado a la obtención de capas para la exportación.

Para incrementar la productividad se utilizan tecnologías como el crecimiento de posturas en túneles, que alcanza el total del tabaco tapado y de la variedad Virginia, y el aumento de las áreas de riego por goteo y aspersión de baja presión.

Además se espera la incorporación del uso de nuevos equipos de medición de clorofila para determinar el índice de madurez de la planta y su óptima cosecha.

Tabacuba trabaja en la ampliación de la infraestructura con el fin de responder a los incrementos agrícolas de la hoja y agilizar el proceso de beneficio.

Por eso, en todas las empresas del país se construyen túneles de cepellón para la obtención de posturas de calidad, los cuales se incrementarán progresivamente a la siembra a partir de unas 4.000 instalaciones de este tipo previstas para todo el país.

Según el ministro Rodríguez, Tabacuba ha introducido nuevas tecnologías para enfrentar el cambio climático, de ahí que se implemente un programa gradual que posibilite transitar desde el semillero tradicional hasta el de cultivo tapado.

Rodríguez detalló que ese cambio, que debe concluir dentro de cinco años, eliminará los semilleros tradicionales a cielo abierto, medida concreta de enfrentamiento al cambio climático.

Con esas inversiones se espera obtener mayor calidad al tabaco, rubro que posee hoy un mercado seguro y abierto, aunque no puede acceder a Estados Unidos por las leyes del bloqueo que desde hace más de medio siglo mantiene Washington contra Cuba.

El tabaco es la cuarta fuente de ingresos para Cuba, que facturó el año pasado unos 500 millones de dólares por las ventas de 450 millones de puros habanos, según datos de la empresa mixta cubano-española Habanos S.A.

Esa industria ocupa a unos 200.000 trabajadores en Cuba, cifra que se elevan hasta los 250.000 cuando llega el pico de la cosecha.