MADRID, 25 oct (Xinhua) -- El ex vicepresidente del gobierno de España Rodrigo Rato ingresó hoy a la prisión de Soto del Real, en la Comunidad de Madrid, para cumplir una pena de cuatro años y medio por apropiación indebida al usar tarjetas "black" u opacas (que escapan al control del fisco) cuando fue presidente del banco español Bankia.
Rato entró a la cárcel de Soto del Real, situada en la sierra de Madrid, alrededor de las 13:00 hora local, después de que la Audiencia Nacional española rechazara el miércoles suspender su ingreso.
"Voy a cumplir mi responsabilidad con la sociedad (...) Pido perdón a todas las personas que se hayan podido sentir decepcionadas", afirmó a medios antes de entrar a prisión el también ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El 23 de febrero de 2017, Rato fue condenado a cuatro años y medio de prisión por el uso de estas tarjetas, junto a otros 63 integrantes del Consejo de Administración de Bankia, acusados de gastar de manera ilegal 12,5 millones de euros entre 2003 y 2012.
Rato intentó en octubre retrasar su ingreso a presión, al alegar la devolución de los 99.000 euros que gastó, pero la justicia española descartó la petición.
La Audiencia Nacional de España consideró que Rato, de 69 años, así como los otros altos directivos de Bankia, usaron a su antojo estas tarjetas opacas, cuyo gasto nunca declararon en impuestos, por lo que incurrieron en un delito de apropiación indebida.
"Los que recibieron las tarjetas no estaban obligados a usarlas y, si lo hacían, aceptaban los cargos que eso implicaba", indicaron los jueces.
Resaltaron, además, que cuando Rato llegó a la presidencia de Bankia en 2010, mantuvo este sistema opaco.
Las tarjetas se utilizaban para diversos gastos, como restaurantes de alto nivel, compras de joyería, vinos de calidad, un safari, perfumes o sacar dinero de forma directa del cajero.
Rato gastó a través de este medio un total de 99.041 euros, de los cuales 3.457 fueron en bebidas alcohólicas en un solo día.
El ex director gerente del FMI dimitió como presidente de Bankia en mayo de 2012, cuando el gobierno anunció que debía rescatar a la entidad bancaria con 20.000 millones de euros debido a su deficiente situación económica.