TOKIO, 28 may (Xinhua) -- Los líderes de Japón y Estados Unidos pasaron revista conjuntamente a un destructor japonés el martes en la base de la Fuerza de Autodefensa Marítima (MSDF, siglas en inglés) en Yokosuka, sur de Tokio, durante la última jornada de la visita de Estado de cuatro días del presidente estadounidense, Donald Trump, a Japón.
En un discurso conjunto para dirigirse a los 500 miembros del personal japonés y estadounidense dentro del hangar del destructor JS Kaga, el segundo barco de clase Izumo construido para la MSDF, los líderes expresaron su solidaridad y compromiso con la paz y la prosperidad en la región.
Abe reiteró la postura de los dos líderes a lo largo de la visita de Trump de que la alianza bilateral entre ambos países se mantiene firme y declaró que Japón está comprometido a "desempeñar su papel con un compromiso inquebrantable para fortalecer aún más la alianza Japón-EEUU".
Trump elogió los planes de Japón de comprar otros 105 aviones de combate furtivos F-35 de quinta generación, algunos de los cuales podrán operar desde las embarcaciones de clase Izumo, portaviones "de facto" y constitucionalmente cuestionables una vez sean reequipadas.
"Esta compra le dará a Japón la mayor flota de F-35 de entre cualquiera de nuestros aliados", dijo Trump.
El presidente de Estados Unidos también visitó el USS Wasp, un barco de asalto anfibio, que actualmente se encuentra atracado en la base naval de Estados Unidos en Yokosuka, ubicada junto a la base de la MSDF y donde se encuentra la Séptima Flota de Estados Unidos.
Durante un discurso dirigido a los soldados de servicio estadounidenses con motivo del Día de los Caídos, Trump prometió continuar modernizando el Ejército de Estados Unidos a través de la política de su Gobierno de "paz a través de la fuerza", según sus propias palabras.
Trump y la primera dama Melania partieron del aeropuerto tokiota de Haneda hacia Washington el martes por la tarde.
Los Trump llegaron a Tokio el sábado y se hospedaron en el Palace Hotel Tokyo, cerca del Palacio Imperial, en el barrio de Chiyoda de la capital japonesa.
El domingo, Abe y Trump jugaron al golf en el Mobara Country Club, en la prefectura de Chiba.
El domingo por la tarde, Trump vio la final del Gran Torneo de Verano de Sumo en el estadio Ryogoku Kokugikan en Tokio y entregó el trofeo al ganador.
Trump y Melania cenaron con Abe y su esposa, Akie, en un restaurante robatayaki (parrilla de carbón de leña al estilo de Hokkaido) en el distrito de Roppongi, en Tokio.
La mañana del lunes, en la Casa de Huéspedes de Estado del Palacio de Akasaka en Tokio, Abe y Trump se sentaron para mantener conversaciones bilaterales y los dos líderes ofrecieron una conferencia de prensa conjunta por la tarde sobre temas relacionados con el comercio, la defensa y la geopolítica, incluyendo las tensiones entre EEUU e Irán.
Trump también fue invitado a reunirse con el emperador Naruhito y a asistir a un banquete imperial con el nuevo emperador en el Palacio Imperial el lunes, lo que le convierte en el primer invitado de Estado en reunirse con el nuevo emperador desde su ascensión al trono a principios de mayo.
Abe y Trump se reunirán nuevamente durante la cumbre del Grupo de los 20 en Osaka el próximo mes, donde es probable que las cuestiones comerciales ocupen un lugar destacado en la agenda.
Los analistas políticos, dejando a parte algunos puntos pertinentes que se hicieron durante las conversaciones entre los líderes y la conferencia de prensa posterior, creen que hospedar a los Trump como invitados estatales fue parte de una ofensiva diplomática bien organizada para obtener apoyo para Japón como anfitrión del G20, así como para tratar de asegurar un acuerdo comercial bilateral favorable con Estados Unidos a pesar del gran déficit.
Además, Japón está buscando ayuda de Estados Unidos para reducir las tensiones en el Golfo Pérsico y para conseguir que Abe se reúna con el líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong Un.