Por Zhangtuo, Gaobei
BEIJING, 26 may (Xinhua) -- Varios académicos latinoamericanos consideran que la raíz de las fricciones comerciales entre Estados Unidos y China es que el primero siempre culpa de sus problemas a otros países y busca mantener su hegemonía. Opinan, además, que el proteccionismo no resolverá el problema estructural que aqueja a su economía.
"LA CULPA ES DE OTROS"
"Yo observo que el gobierno de Trump busca trasladar problemas internos de su modelo económico a un contexto internacional, responsabilizando a otras naciones", manifiesta Andrés Bórquez Basáez, director del Programa de Estudios Chinos en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, en entrevista con la Agencia de Noticias Xinhua.
"El mensaje electoral de Trump ha capturado bien el descontento de sectores medios norteamericanos con los efectos de la actual modalidad de la globalización, sectores que han visto deteriorarse su calidad de vida por estancamiento salarial, pérdida de empleos manufactureros, viéndose presionados a enrolarse en servicios de baja remuneración. Para ello, ha construido un discurso donde culpa al comercio y particularmente al comercio con China de dichos males", indica Osvaldo Rosales, exdirector de la División de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en un artículo publicado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
El docente dice que el gobierno estadounidense no permite que los datos de la realidad distorsionen sus prejuicios.
"De ese modo puede argumentar que el déficit comercial se arreglaría con aranceles más altos; que las rebajas tributarias tendrían un efecto neto de mayor recaudación; que el cambio climático no existe; que los acuerdos comerciales maltratarían a Estados Unidos; que los inmigrantes son la causa principal de la delincuencia...", agrega.
"NADIE ME PUEDE SUPERAR"
Por parte de Felipe Camargo Gaiotto, investigador asociado del Centro de Estudios Peruanos del Centro de Cooperación e Intercambio Internacional de la Universidad Normal de Hebei, Estados Unidos ve China como un desafío tanto en relación con la innovación tecnológica como en la cuestión del control del sistema monetario y financiero internacional.
"Con el proteccionismo, Estados Unidos cree que puede disminuir todo ese proceso de expansión comercial de los chinos y obstaculizar el período de oportunidad estratégica para el desarrollo de China", dice el investigador brasileño.
El docente agrega que, en el actual sistema político y económico internacional, Estados Unidos sigue creyendo que el mundo puede ser organizado solamente según sus principios y visiones, como si fueran verdades universales.
Camargo señala, además, que en este momento la inestabilidad económica mundial favorece a los americanos, pues la inseguridad financiera mantiene la demanda por el dólar en la economía mundial y asegura que Estados Unidos mantenga sus ventajas políticas y económicas en el sistema político internacional.
"Lo que estamos sintiendo por medio de crisis políticas, sociales y económicas es ese fin, de hecho", apunta.
A su vez, Bórquez indica que se observa que Trump busca trasladar las fricciones a una disputa tecnológica donde Estados Unidos ha ido perdiendo protagonismo y las empresas chinas han ido aumentando su competitividad y procesos de innovación.
Coincide en ello Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien advirtió que China, en la actualidad, es un "rival" desde la perspectiva de Estados Unidos.
"Más significativos son los cambios del contenido tecnológico del comercio de China con Estados Unidos: la participación de las exportaciones de nivel tecnológico medio y alto de China a Estados Unidos más que se duplicó durante 1995-2017 para alcanzar el 62% en 2017, mientras que la participación de las importaciones chinas de Estados Unidos aumentó ligeramente en el período para alcanzar el 50% en 2017. Es decir, en términos comerciales, Estados Unidos presenta una creciente brecha tecnológica respecto a China", explica.
¿UNA "GUERRA COMERCIAL" RESOLVERÁ EL PROBLEMA?
¿Puede el proteccionismo solucionar el problema de déficit comercial de Estados Unidos? Rosales contesta que "no" con el modelo económico más básico.
"Las variables involucradas en el déficit de la cuenta corriente son las que afectan al ahorro y a la inversión; es decir, política fiscal, cambiaria, monetaria e incluso temas demográficos, asociados a la tasa de ahorro. No es un tema que se resuelva con aranceles o salvaguardias", explica el economista.
Rosales indica en su publicación que para una economía que está creciendo por encima de su potencial, con una tasa de ahorro insuficiente para financiar la inversión y donde se reducen los impuestos y se amplía el gasto público, es claro que lo que viene es un aumento del déficit comercial, si es que se quiere mantener el ritmo de la inversión.
En opinión de los expertos, las medidas que adopta Estados Unidos sobre China definitivamente no pueden resolver el problema.
"De hecho, los recientes informes tanto de los economistas de la Universidad de Princeton como de la Universidad de Columbia estimaron que las subidas de aranceles impuestas a China terminan siendo pagadas la mayor parte por los consumidores y las compañías estadounidenses", advierte Bórquez.
Rosales señala que el mayor arancel que ya afecta a estas importaciones se expresará en mayores costos para las empresas que los utilizan como bienes intermedios para producir bienes finales y en precios más elevados para el consumidor de aquellos bienes finales.
"Las empresas norteamericanas que usan acero o aluminio como insumos perderán competitividad pues se elevarán sus costos, un efecto negativo que no compensará el empleo generado en las acerías norteamericanas", comenta.
"[Imponer] aranceles superiores a los productos chinos no elevará automáticamente la demanda de productos norteamericanos sino que la desviará hacia otros países, si es que son más competitivos que los nacionales. Pero el tema no es sólo precio; es también calidad y escala para un suministro oportuno y asegurado", agrega.
Además, señala que es importante considerar que el déficit comercial de EEUU con China está mal medido, de acuerdo con el Deustche Bank, pues si se mide el comercio según criterios de valor agregado, China explica sólo el 16% del déficit comercial de Estados Unidos.
Los expertos esperan que Estados Unidos participe activamente en el establecimiento de un sistema multilateral y abierto, y resuelva sus diferencias a través de la negociación, sin tener que utilizar medidas regresivas que imposibilitan llegar a acuerdos de largo plazo.
"La administración de Trump busca 'regresar' a la hegemonía de Estados Unidos de la década de los cincuenta y sesenta del siglo pasado, lo cual no es posible", resume Dussel.