La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, consideró este martes que ante el complejo escenario mundial es necesario llevar políticas coordinadas entre países desarrollados y emergentes para el desarrollo económico y social.
En el marco de la inauguración del trigésimo sexto periodo de sesiones de la CEPAL, que se desarrolla en la Ciudad de México, pidió a México, que junto con Argentina y Brasil, promuevan estas políticas coordinadas ante el foro del G20.
"Necesitamos que México, como jugador del G20, junto con los demás, planteen esto a nivel global. Necesitamos una coordinación entre los países superavitarios y deficitarios" expuso la alta funcionaria de Naciones Unidas.
De igual manera, destacó, "tenemos que salvaguardar los logros sociales y evitar los retrocesos, y que favorezcan la sostenibilidad ambiental".
En ese sentido, dijo que se requiere una dirección clara y el intercambio de ideas con el sector privado y con el social.
"Necesitamos un nuevo conjunto de instituciones y coaliciones, porque, para lograrlo, requerimos la condición colectiva de bienes públicos tanto globales como nacionales", aseveró.
En el acto, presidido además por el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, Bárcena reconoció que los países latinoamericanos tienen una deuda con los del Caribe.
"Nosotros los países de América Latina tenemos una deuda con los países del Caribe, y tenemos que sentarnos países grandes, pequeños, del norte y del sur para enfrentar la urgente recuperación del crecimiento mundial, cautelar el empleo y enfrentar francamente la crisis humanitaria que padecen más de 60 millones de migrantes", apuntó.
En lo global, insistió, "sostenemos la urgencia de avanzar precisamente en esta coordinación internacional de las economías, para que se favorezca una expansión sostenida de la demanda agregada, que se prioricen proyectos bajos en carbono".
Se necesita, dijo, una gobernanza global que otorgue mayor peso y representatividad a los países en desarrollo para construir una nueva arquitectura financiera que promueva la estabilidad, suavice los ciclos económicos y una estructura eficaz.
Todo ello, dijo, entre otras cosas, "para evitar la evasión fiscal, que asciende a 320.000 millones de dólares anuales, es decir, 6,3 del PIB de América Latina y el Caribe que se nos está escapando".
Asimismo, refirió que en materia tecnológica este cambio estructural no se podrá dar mientras no se trabaje en nuevas reglas de comercio y propiedad, asentadas también en bases multilaterales que faciliten y amplíen el acceso a la tecnología, especialmente de firmas locales porque, explicó, los acuerdos comerciales tienden a resguardar los intereses transacionales.
Dejó en claro que sólo con estas medidas se podrán cumplir los objetivos de la llamada Agenda 2030, para lograr un crecimiento sostenible e igualitario.
"La única cifra aceptable de pobreza es cero", subrayó.
De acuerdo con la representante de la CEPAL, de origen mexicano, consideró necesario fortalecer el mundo laboral que incluye, dijo, la formalización del trabajo sin discriminación salarial y con impulso a la actividad económica de las mujeres.
"El empleo con derechos es la llave maestra del bienestar", finalizó.