Tal y como ocurrió después de la tragedia de Chernobyl, se ha registrado un incremento de los casos de cáncer de tiroides entre los niños que viven en la prefectura japonesa de Fukushima, constató el profesor de epidemiología ambiental de la Universidad de Okayma Toshihide Tsuda.
"Sin embargo, el Gobierno japonés no se ha preparado en absoluto para la situación", criticó el destacado científico en una reciente entrevista con Xinhua, en la que reclamó a la administración que haga frente al problema, en lugar de negarlo.
La ratio de menores que padecen cáncer de tiroides en esta prefectura fue en 2014, tres años después del desastre, entre 20 y 50 veces más elevada que la media nacional, apuntó Tsuda.
El número se incrementará casi con certeza con el paso del tiempo, según las averiguaciones de Tsuda, publicadas a finales del pasado año en la edición electrónica del diario de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, el Gobierno nipón negó el vínculo entre la enfermedad y el accidente nuclear.
Cuando el estudio fue publicado, recordó el profesor, él y otros investigadores pidieron al Gobierno que adoptase las medidas adecuadas para afrontar la cuestión, pero no solo hizo oídos sordos a sus averiguaciones, sino que se encontraron con dudas y críticas.
Aunque admitió una elevada incidencia del cáncer de tiroides en los menores, el gobierno de la prefectura de Fukushima negó la correlación entre esos casos y el desastre nuclear, y atribuyó el fenómeno a un "exceso de diagnósticos" o a una supervisión mucho más estricta.
No obstante, Tsuda subrayó que la magnitud de la incidencia es demasiado grande para que se explique por un aumento del monitoraje o por un "exceso de diagnósticos", dado que los datos disponibles muestran que un incremento de las revisiones podría llevar a multiplicar la incidencia, como mucho, por seis o siete, en lugar de por 20 o 50.
En pasado 22 de enero, la ISEE envió un mensaje al Gobierno nipón en el que manifestó su preocupación por un incremento en el riesgo de este tipo de tumor entre los residentes en Fukushima.
Además, le instó a desarrollar una serie de medidas para documentar y seguir científicamente la salud de los residentes, y expresó su voluntad de respaldar las investigaciones al respecto con la experiencia de sus miembros.
En respuesta a la carta, el Ministerio de Medioambiente aseguró que "la documentación y seguimiento de la salud de los residentes" están entre las medidas que la prefectura ya había adoptado.
"El Gobierno japonés no respondió directamente a la oferta de la ISEE, en realidad, optó por ignorarla", lamentó Tsuda, que incidió en que el Ejecutivo debería corregir su actitud y hacer frente al problema.