Estados Unidos y un tribunal de arbitraje están tratando de reivindicarse en la disputa del Mar Meridional de China, una acción que muchos expertos consideran injustificada y propia del intervencionismo de la época colonial.
A pesar de que oficialmente aseguró que no tomaría partido, EEUU ha estado apoyando a Filipinas en la disputa, al tiempo que ha envíado buques y aviones de guerra a la región para redoblar la presión sobre China.
Las relaciones entre EEUU y Filipinas son bien conocidas. Este último país fue casi colonia estadounidense y es considerado como uno de los puntos regionales bajo influencia de Washington, dijo a Xinhua el exembajador egipcio en China, Mahmoud Allam.
El vínculo entre ambas naciones se reforzó después de 2012, cuando la administración de Barack Obama introdujo la política de "pivotar hacia Asia", dentro de la que estableció un punto de apoyo en el país insular y, consecuentemente, incentivó a Manila a retar la soberanía de Beijing en el Mar Meridional de China.
"Lamentablemente, esta disputa regional es una oportunidad para la injerencia de actores externos y al respaldar a unas partes en detrimento de otras lo que EEUU espera es sustentar su influencia en la región", afirmó Allam.
Entre anto, Nasser Abdel-Aal, experto en Asia y profesor de Estudios sobre China en la Universidad de Ain Shams de El Cairo, describió la intromisión estadounidense en la región como "provocadora" y alertó de que no favorece la estabilidad regional.
"Estados Unidos busca conservar su pisada en todo el mundo, igual que hace en la región del Medio Oriente", explicó.
La implicación de Washington lleva el riesgo de crear una nueva situación de "Guerra Fría", advirtió por su parte Mahbubur Rahman, exjefe del Estado Mayor del Ejército de Bangladesh.
"Por el bien de la paz regional, EEUU no debería meter la nariz en los asuntos regionales", comentó.
Los expertos han advertido de que también cruza todos los límites el establecimiento de un comité temporal de arbitraje dentro del Tribunal Parmanente de Arbitraje, que se dio a sí mismo jurisdicción en la disputa entre China y Filipinas pese a la firme oposición de Beijing.
Helmut Tuerk, presidente de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos y exjuez del Tribunal Internacional del Derecho del Mar (ITLOS), aseguró que, en comparación con el Tribunal Internacional de Justicia y el ITLOS, las cortes de arbitraje tienen menos personal y carecen de representatividad y autoridad.
A todo esto se añade que muchos países en todo el mundo están a favor de las conversaciones bilaterales entre China y Filipinas.
Las opiniones minoritarias diferentes podrían conducir a la fragmentación del mandato judicial internacional, lo que contraría el propósito y la integridad de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar (Convemar) y la tendencia de la legislación internacional, aseguró Tuerk.
"El tribunal debería pensárselo dos veces antes de emitir un dictamen que podría recabar poco apoyo", subrayó por su parte Tom Zwart, profesor de Derecho en la holandesa Universidad de Utrecht.
Dada la importancia geopolítica de la región, el asunto debería decidirse a un nivel político y no por un comité judicial, concluyó.