Shi Bing, un preescolar de una zona montañosa del distrito de Guzhang de la provincia central china de Hunan, quiere crecer más rápido para ir a la escuela primaria, donde gozará de un almuerzo gratuito en vez de tener que regresar a casa para comer su arroz frío con pepinillos diarios.
Shi tiene doce compañeros de clase, quienes están en una situación semejante porque sus familias no puede permitirse el almuerzo preescolar de cuatro yuanes (menos de un dólar). La mayoría de los niños tienen que comprar bocadillos baratos con muchos aditivos pero poco valor nutricional. La historia de estos niños empobrecidos y sus almuerzos que se emitió esta semana en los medios de información estatales ha atraído la atención de la ciudadanía china.
China ofrece almuerzos escolares subsidiados a los estudiantes desfavorecidos en la etapa de la educación obligatoria, que comienza a los seis años. El proyecto ha beneficiado a unos 23 millones de estudiantes en 100.000 escuelas rurales, y cientos de miles de bebés rurales empobrecidos de menos de dos años pueden gozar de los suplementos nutricionales diarios gratuitos. Pero para los niños de entre tres y cinco años, la caja está vacía.
La desnutrición amenaza la salud de una generación de niños rurales chinos. El hambre oculta, la carencia de micronutrientes como vitaminas y minerales, no se descubre fácilmente en las primeras fases y ha provocado un diferencial evidente en la altura y el peso entre los niños urbanos y rurales de las mismas edades.
Una encuesta llevada a cabo por la Sociedad de Nutrición de China en 2015 muestra que la tasa de malnutrición de los menores de seis años se situó en un 8,1 por ciento en el país, y la de la anemia alcanzó un 11,6 por ciento, mientras que las cifras de los niños rurales para los mismos males fueron dos o tres veces las de sus contemporáneos urbanos. Ocurre lo mismo con la tasa de retraso en el crecimiento de los niños rurales de menos de seis años.
Afortunadamente, niños semejantes a Shi han comenzado a lograr ayudas.
La Fundación de Investigación de Desarrollo de China, una organización sin fines de lucro subordinada al Centro de Investigación de Desarrollo del Consejo de Estado, ha abierto los "jardines de infancia rurales" en siete provincias, incluidos Hunan, donde vive Shi Bing, y ha ofrecido un subsidio nutricional de un yuan al día a cada niño en preescolar.
Mientras tanto, en la prefectura autónoma de Xiangxi de la misma provincia, los preescolares de las familias de bajos ingresos reciben un subsidio de 1.000 yuanes al año. Cuando ingresen en las escuelas primarias, la suma ascenderá a 1.500 yuanes.
"Hay límites en lo que pueden hacer los gobiernos locales y las organizaciones no gubernamentales. Deseamos que los preescolares, especialmente aquellos en las zonas empobrecidas, puedan ser incluidos en el plan nacional de mejora de nutrición", indicó Bao Taiyang, director de la oficina de educación y deportes de la prefectura de Xiangxi.