Las transformaciones realizadas en la última década en Cuba, sobre todo tras el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), han surtido efectos favorables en varias facetas del desarrollo del país caribeño y, junto con decisiones gubernamentales adecuadas, lo dirigirán hacia un futuro promisorio, según expertos chinos.
En el VI Congreso del PCC, celebrado en 2011, se analizaron las propuestas para el proyecto de lineamientos de la política económica y social, y se elaboraron una serie de políticas, incluyendo la apertura del sector privado, el establecimiento de un nuevo sistema fiscal y la cancelación de subvenciones innecesarias.
"En el lapso de cinco años, entre la celebración del VI y del VII Congreso del PCC, Cuba experimentó un promedio de crecimiento económico anual del 2,8 por ciento, lo cual la ubica por encima del promedio general latinoamericano, y esto puede considerarse como el primer logro", explica el investigador del Instituto de América Latina (ILAS) de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS), Xu Shicheng, en una entrevista con Xinhua.
El gobierno cubano repartió en usufructo una gran cantidad de tierras ociosas en zonas rurales y por ende la agricultura resultó beneficiada, mientras que el desarrollo de los negocios por cuenta propia también ha contribuido a aliviar la situación económica del país.
La cifra de cubanos que trabajan por cuenta propia (privados) ascendió a 535.000 en todo el país al cierre de 2016, unos 39.000 más en relación al mismo periodo de 2015, según destacó el mes pasado el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
Esos pequeños negocios particulares en Cuba recibieron un impulso a partir de 2010, como parte del proceso de transformaciones económicas y sociales que fomenta el gobierno de Raúl Castro para actualizar el modelo socialista de la isla.
Sin embargo, los cambios positivos producidos por la actualización del modelo cubano no se limitan al aspecto económico.
"En la sociedad cubana, desde las autoridades hasta el pueblo, se ha forjado una convicción de que la actualización es necesaria e irreversible", comenta Xu, y explica que, además de en lo económico e ideológico, las transformaciones también han traído cambios notables en los ámbitos jurídico, institucional, social y diplomático.
Preguntado por los resultados de la actualización del modelo económico cubano, el director ejecutivo del Centro de Estudios Cubanos subordinado al ILAS, Yang Jianmin opina que además de su notable efecto positivo en el aspecto económico, "el propio consenso de que Cuba necesita un cambio para superar el burocratismo y la ineficiencia es un gran progreso".
También menciona los logros más concretos tales como la publicación de documentos marco en el VI y el VII Congreso del PCC, la elaboración de nuevas leyes para garantizar el avance de la normalización de las relaciones con Estados Unidos, con el motivo de crear unas condiciones externas favorables para el desarrollo económico.
Según Xu, tomando en cuenta los actuales cambios bruscos ocurridos en el mundo y los retos que encara Cuba, como la primera recesión económica en poco más de dos décadas ocurrida en 2016, el país caribeño debería dar pasos más grandes para que la actualización tenga un futuro positivo.
"Primero, hay que garantizar el crecimiento de las exportaciones. Segundo, es importante aumentar la producción doméstica para evitar importaciones innecesarias. Por último, hay que buscar maneras de atraer la inversión extranjera", dice Xu.
Entre tanto, Yang opina que de cara al futuro Cuba puede intercambiar las experiencias con otros países y establecer medidas mucho más pragmáticas.
"Entre China y Cuba hay muchas cosas que se pueden compartir y que pueden aprender las dos naciones mutuamente. Sobre todo, durante el proceso de reforma y apertura China acumuló muchas experiencias, las cuales podrían servir de referencia u inspiración a Cuba", asevera.
"Es muy probable que la dirigencia cubana haya empezado a comprender profundamente lo que le urge a su país, por lo cual, se espera que la actualización del modelo del país caribeño consiga en el futuro grandes éxitos", augura.
Ambos expertos coinciden en la necesidad de desarrollar activamente la cooperación económica sino-cubana, aumentando la inversión china en Cuba y ofreciéndole ayudas.
En los últimos dos años, las autoridades cubanas aprobaron alrededor de 90 nuevos proyectos de inversión extranjera directa por un valor superior a los 1.300 millones de dólares, aunque lo previsto era sobrepasar los 2.000 millones. Para este año se prevé una cartera de negocios con 395 proyectos por un valor que supera los 9.500 millones de dólares.
Ante este gran volumen de oportunidades que ofrece Cuba, Xu reconoce que "las inversiones y préstamos chinos otorgados a Cuba son relativamente pocos".
"Es la hora de brindar más préstamos y hacer más inversiones en Cuba", concluye.