BEIJING, 5 dic (Xinhua) -- Adriana Vázquez creció en la Ciudad de México, estudió en Pensilvania y trabajó en Nueva York. Pero fue Shenzhen, la ciudad en la provincia sureña china de Guangdong conocida como el "Silicon Valley de China", donde hizo su sueño realidad.
La joven emprendedora mexicana se emociona al pensar que su pequeña empresa podría tomarse por asalto el mundo de las madres trabajadoras.
La compañía de Vázquez ha diseñado un extractor de leche mejorado para madres lactantes que, según ella, podrá extraer más leche de las mujeres que no pueden estar amamantando a sus bebés por motivos como el trabajo.
Las bombas actualmente disponibles en el mercado usan solo aspiración para extraer leche, pero un bebé cuando es amamantado hace mucho más que solo succionar para estimular el flujo de leche, explicó Vázquez. El extractor crea un vínculo físico y emocional con la madre que la bomba no puede alcanzar y, por lo tanto, no puede extraer toda la leche.
"Entonces, lo que estamos haciendo es crear un producto que estimule la producción de leche como lo hace un bebé mientras se amamanta", dijo.
Solo el tiempo dirá si el producto de Vázquez revolucionará o no el mercado de la atención natal, pero hay una cosa que es segura: no habría podido lograr lo que tuvo si no hubiera venido a China.
En marzo, estableció una tienda en el área de Huaqiangbei de Shenzhen, un mercado en expansión de productos electrónicos y componentes que atrae a los compradores en manadas a diario.
Huaqiangbei, apodado como "la calle electrónica No. 1 de China", es la casa de una gran variedad de dispositivos electrónicos que refuerzan e inspiran innovaciones.
"Recibimos inspiración de los auriculares, de los altavoces, de cosas sobre las que no necesariamente pensarías, y creo que es así como un lugar único es capaz de hacer eso", dijo Vázquez.
Asif Khan, guiado por HAX, compañía inversora estadounidense en hardware, que ha llegado desde Canadá y está trabajando en una nueva tecnología de moldeo que ayudará a los fabricantes a ajustar su moldura rápida y fácilmente, también destaca las otras ventajas de Shenzhen a los ojos de las empresas novatas.
"Toma siete semanas hacer un prototipo en Canadá mientras en China pueden terminarlo en menos de una semana y a una quinta parte del costo", dijo y agregó que esos "bajos costos de producción se traducen en menores costos en los errores de prueba, lo que a su vez permite probar completamente nuevas ideas".
OpenTrons, una empresa que hace robots para biólogos, ha dejado sus días de inicio muy atrás desde su creación en 2013. Sin embargo, aún mantiene una base de operaciones en Shenzhen para llevar a cabo la parte del hardware de la empresa, como la calibración de sus robots de pipeteo, androides que hacen la manipulación de líquidos en laboratorios.
Esta compañía vende sus robots a laboratorios ubicados en 38 países alrededor del mundo.
El fundador de esta empresa, el estadounidense Will Canine, elogió el espíritu de "apertura a la innovación" de Shenzhen y precisó que este es el único camino para competir globalmente en el siglo XXI.
"La estrategia de Shenzhen es compartir y construir sobre los diseños de los demás, siempre tratando de ser el mejor, el más rápido y el diseño más innovador", señaló Canine.
El estadounidense cree que este "entorno competitivo abierto es una excelente manera de mantener la tecnología avanzando rápidamente y también asegura que los clientes se beneficien de la innovación de forma inmediata".
"Espero que más personas en Estados Unidos comiencen a seguir el ejemplo innovador de Shenzhen", subrayó.