CHICAGO, 13 feb (Xinhua) -- Las células madre que producen semen utilizan un truco genético para mantenerse perpetuamente jóvenes a través de las generaciones, descubrieron investigadores del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Michigan.
Los resultados fueron publicados en la revista eLife.
Ciertas secciones del genoma de la mosca de la fruta se hacen más cortas con el transcurso del tiempo. Pero de forma sorprendente algunos células reproductivas pueden reparar la disminución genómica, la cual podría subyacer bajo aspectos del envejecimiento y de las formas en que ciertas células pueden superarlo.
Los investigadores se concentraron los principales genes codificados en el ADN ribosomal. Estos genes transportan instrucciones a las partes que elaboran el ribosoma, la máquina celular que convierte las moléculas de ARN en todas las proteínas que necesita el cuerpo.
En la mosca de la fruta, las cadenas de genes de ADN ribosomal se encuentran en los cromosomas X y Y. A diferencia de los jóvenes machos de la mosca de la fruta, los machos viejos tienen genes cortos de ADN ribosomal en el cromosoma Y, lo que los deja con un cromosoma reducido.
Además, parece que esta escasez de ADN ribosomal es transmitida de generación en generación. Las moscas ancianas, de unos 40 días de edad, transmiten el número reducido de genes de ADN ribosomal a sus hijos, encontraron los investigadores. Estas crías tienen copias considerablemente menores de genes de ADN ribosomal que los hijos nacidos de padres más jóvenes.
Después los investigadores vieron algo sorprendente. En muchos casos, la pérdida de ADN ribosomal se revirtió. A una edad de diez días, los hijos nacidos de padres más viejos recuperaron suficiente ADN ribosomal como para alcanzar el nivel de los hijos nacidos de los padres jóvenes.
Los resultados muestran que el rejuvenecimiento del ADN ribosomal en los hijos podría ser un aspecto crucial de la forma en la que las células madre persisten de padre a hijo. Los investigadores aún no saben si tal reinicio puede ocurrir en las células madre femeninas en los ovarios.
Hasta ahora, los investigadores sólo han observado el fenómeno en levadura. Si los resultados también son ciertos para los humanos, podrían ofrecer una idea de la forma en la que la mayoría de las células se deterioran con el transcurso del tiempo.