LIMA, 21 abr (Xinhua) -- Una de las causas de la corrupción en los países latinoamericanos tiene su origen en las ambiciones personales de los políticos de turno, que acceden al poder, sostuvo hoy el historiador peruano, Wilfredo Kapsoli.
"Es una especie de formación de la política o del político. El político es un ser, que por naturaleza, tiende a la ambición y a la búsqueda del poder, los poderes pequeños van proyectándose a poderes mayores", explicó en entrevista con Xinhua.
Kapsoli, quien es catedrático en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, también atribuyó el origen de este problema social a la egolatría que desarrollan algunos políticos al adquirir poder después de ganar un puesto público.
El historiador peruano, autor de la obra "Ayllus del Sol. Anarquismo y utopía andina" (1984), sostuvo que en el caso de su país los niveles históricos de corrupción han superado la capacidad de asombro de los ciudadanos.
"De tal manera que tenemos en Perú casos de gente que había robado tanto dinero, logrado ilícitamente que, sin embargo, hacían fraudes tan abiertos que cayeron", precisó.
Según el historiador, uno de los ejemplos más notorios es el del ex presidente peruano, Alberto Fujimori (1990-2000), y de su asesor, Vladimiro Montesinos, quienes fueron descubiertos por fraude que cometieron contra su sucesor, Alejandro Toledo (2001-2006).
"Si ellos hacían un alto y se retiraban a tiempo, como el caso de Fujimori o Montesinos y no le hacían los fraudes a Toledo, ellos hubieran regresado después y seguido en esa misma francachela de hacer mal uso de la plata del Estado", afirmó.
Kapsoli recordó los altos niveles de corrupción que Perú experimentó durante ese periodo, debido a la sed de riquezas que ansiaba el régimen de Fujimori y sus colaboradores, algunos de los cuales, como Montesinos, aún cumplen condenas por sus delitos.
"La ambición, hizo que siguieran en esa lógica de seguir acumulando y seguir brillando, al final, todo ha sido para el mal", expresó.
El historiador también se refirió al cinismo de la ciudadanía ante estos actos de corrupción.
"Esta concepción se ha hecho tan natural que incluso la población dice que robe, pero que haga obras, legitimando socialmente tener políticos que lucren con los fondos del Estado", anotó el académico.
De acuerdo con el historiador, escándalos como el caso "Lava Jato" (Autolavado), originado en Brasil y que involucró a 12 países de Latinoamérica y Africa, se han convertido en temas de estudio de investigadores de otras regiones para conocer los procedimientos de los corruptores.
Kapsoli calificó de cleptocracia la capacidad de los políticos involucrados en este escándalo, por los presuntos sobornos millonarias para otorgar concesiones de obras a la constructora brasileña Odebrecht.
"El problema es peor, porque ninguna sociedad del mundo ha sido calificada como sociedad cleptocrática, porque los políticos se juntan para robar", aseguró.
Lamentó los días difíciles por los que atraviesan los países latinoamericanos, como Perú, donde el escándalo del caso Lava Jato ha remecido las estructuras sociales y morales con desenlaces ejemplares como la prisión del ex presidente peruano, Ollanta Humala (2011-2016), y la investigación de los ex presidentes Alejandro Toledo (2001-2006) y Alan García (2006-2011).
"Ese es el modelo de una sociedad corrupta, incluso, hay politicólogos o profesores que se dedican a la ética y la moral, que vienen a buscar en la región las prácticas de la corrupción", agregó.
Según las investigaciones de las autoridades judiciales de Brasil, la constructora Odebrecht presuntamente pagó unos 788 millones de dólares en sobornos para ganar licitaciones públicas en Argentina, Angola, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.