El cambio de Kubuqi proporciona un modelo para el renacimiento del desierto (2)

Pueblo en Línea  2018:08:06.15:14

El proyecto de paneles fotovoltaicos que se han instalado en el desierto para generar electricidad. CHINA.COM.CN

China tiene alrededor de 2,6 millones de km2 de desiertos y 1,7 millones de km2 adicionales de tierra desertificada (suelo que se está volviendo cada vez más árido), lo que significa que el país es uno de los más gravemente afectados del mundo. En conjunto, estas áreas representan alrededor del 10% del total mundial, según las estadísticas proporcionadas por la Administración Forestal del Estado el año pasado.

A finales del siglo XX, los desiertos de China se expandían a una tasa anual combinada de 10.400 km2. Ahora, se están reduciendo a una tasa de 2.424 kilómetros cuadrados por año, mientras que los desiertos y las áreas desertificadas en todo el mundo se están expandiendo en 70.000 kilómetros cuadrados anualmente, mostraron las estadísticas.

"Los desiertos no deben verse como un problema, sino como una oportunidad para el cambio. Cuidar el desierto y hacerlo más ecológico puede sacar a la gente de la pobreza, proporcionar prosperidad y ayudar a desarrollar áreas", dijo Wang Yujie, subdirector del Sociedad Nacional de Control de Arena y Desierto de China.

Kubuqi es el desierto más cercano a Beijing, a solo 800 kilómetros de distancia, y una vez fue una importante fuente de tormentas de arena llevadas por el viento a la región de Beijing-Tianjin-Hebei.

Los agricultores y los pastores en el desierto estaban plagados de violentas tormentas de arena, que causaron una grave escasez de agua y electricidad, lo que provocó una infraestructura deficiente y la falta de carreteras. La población local solo podía cultivar algunas plantas resistentes que pudieran sobrevivir en suelos arenosos, por lo que sus vidas eran difíciles y deficientes.

En 1986, cuando Urgendalai tenía 18 años, la tierra era demasiado infértil para cultivar o usar para el pastoreo, por lo que la gente acudía en masa para excavar regaliz silvestre para vender. La práctica agotó la tierra ya estéril y la pérdida de los sistemas de raíces resultó en la falta de integridad del suelo. Eso vio al desierto expandirse y extinguir toda esperanza de ganarse la vida con la agricultura.

"Vi camellos morir de inanición y el ganado y las ovejas se tumbaban inmóviles de la sed. Estaba aterrorizado por la crueldad del desierto y avergonzado de lo que le habíamos hecho a nuestro hogar", dijo.