Chip en cuyo interior se ha generado un condensado de Bose-Einstein de 105 átomos. Mide 3x3 centímetros y tiene circuitos de oro - DLR/Proyecto MAIUS, J. Matthias
Hanover, Alemania, 22/10/2018 (El Pueblo en Línea) - Coja aliento y recuéstese en la silla. Sepa que tras la aparente solidez del respaldo se esconde un intrincado y extraño mundo de fenómenos cuánticos. Un mundo en el que los átomos son a la vez partículas y a la vez ondas. Donde se puede enfriar la materia hasta casi el cero absoluto, la mínima temperatura posible (−273,15 °C), y se puede lograr que un grupo de átomos, como los que constituyen una silla o una mano, se comporten como uno solo, en el sentido de que todos los átomos se condensan en una misma onda y se comportan del mismo modo. Este extraño estado es lo que se conoce como condensado de Bose-Einstein (BEC, por sus siglas en inglés), según ABC.
Estos condensados no son un invento de solitarios ratones de biblioteca. Fueron propuestos en 1925 y, cuando la tecnología por fin avanzó lo suficiente, se hicieron realidad por primera vez en 1995. Ahora, gracias a los últimos avances, los científicos han logrado por primera vez crear un condensado de Bose-Einstein en el espacio, a bordo de un cohete. Los autores, encabezados por Maike Lachmann y Ernst Rasel, investigadores en la Universidad de Hanover (Alemania), han realizado 110 mediciones en las que han demostrado el enorme potencial que tienen estos condensados en el espacio para crear sensores extremadamente sensibles de ondas gravitacionales y para abrir todo un nuevo campo que está por explorar. Sus hallazgos se han publicado en Nature esta semana.
Los investigadores diseñaron una plataforma, del tamaño de una persona, en cuyo interior un grupo de átomos quedó atrapado en un chip. Un cohete, lanzado desde Suecia, el 23 de enero de 2017, elevó esta plataforma hasta los 243 kilómetros de altura. La trayectoria proporcionó seis minutos de microgravedad, en las cuales el dispositivo creó un condensado de Bose-Einstein, durante 1,6 segundos y compuesto por 105 átomos, y llevó a cabo decenas de mediciones sobre su estado.
¿Cuál es la finalidad de estos experimentos? Para comprenderlo, hay que tener en cuenta que los condensados de Bose-Einstein generan un estado cuántico muy denso, que es muy sensible a fuerzas inerciales muy pequeñas. Por tanto, estos condensados son idóneos para medir muy pequeñas aceleraciones. Esto ya se ha llevado a cabo en laboratorios en tierra, pero si se lleva al espacio, a un entorno de microgravedad, se logra multiplicar la sensiblidad de estos sensores.