XINING, 25 oct (Xinhua) -- Brazos robóticos, herramientas mecanizadas e impresoras 3D, los aparatos que se encuentran comúnmente en avanzadas plantas de fábricas, han sido llevados a salones de clases en el noroeste de China.
La Escuela de Huérfanos Bayi, ubicada en la prefectura autónoma tibetana de Yushu en la provincia de Qinghai, se encuentra a una altitud de 3.800 metros. La mayor parte de los estudiantes provienen de familias que viven en áreas remotas dedicadas a la cría de rebaños y a la agricultura.
El equipo fue instalado como parte un proyecto apoyado por el Gobierno llamado "Silicon Valley Juvenil" que busca inspirar a estudiantes jóvenes al tener la oportunidad de poner sus manos en tecnologías y productos de punta.
"Los chicos aquí nunca han visto este equipo y por eso son muy curiosos", mencionó Liang Haining, subdirector de la escuela. "Yo creo que esos cursos prácticos pueden ayudar a desencadenar la imaginación y la creatividad en ellos", indicó.
Como sus similares en regiones orientales y costeras más desarrolladas de China, los estudiantes de las regiones occidentales disfrutan cada vez más de las posibilidades que les permite la tecnología.
En Xining, capital de Qinghai, Zhang Jiajie de quinto grado, desarrolló con sus compañeros un minivehículo eléctrico de ocho ruedas y lo mostró en un reciente evento de Silicon Valley Juvenil.
Para Zhang y sus compañeros de clases, su pieza maestra es un avance del futuro. "Diseñamos el software para lograr que pudiera viajar a 'Marte' y luego regresar a su 'base de origen'", explicó Zhang.
Desde 2016, la escuela de Zhang ha ofrecido cursos que buscan mejorar las habilidades prácticas de los estudiantes y cultivar a jóvenes creadores.
"Al principio, sólo pensamos en robots, pero más recientemente, el contenido de la clase se expandió para incluir impresión 3D y programación", dijo Wang Yongzhen, quien da los cursos en la escuela.
En 2017, China desarrolló un plan para impulsar la habilidad en el país para desarrollar inteligencia artificial. El plan promovió el establecimiento de cursos de inteligencia artificial y programación en escuelas elementales y secundarias.
De 2017 a 2020, Silicon Valley Juvenil planea construir 1.000 salones de clases con equipo moderno y 100 centros de actividad para educar a futuros creadores en el país.
"Los creadores son aquellos que convierten las ideas en realidad y lo imposible en posible", declaró Yue Haoliang, otro estudiante de quinto grado que estudió programación de robots durante dos años y ganó una competencia local de ciencia y tecnología.
"Justo ahora no tengo la experiencia para convertir lo imposible en posible", expresó Yue. "Pero quizás en el futuro", dijo.