NUEVA YORK, 25 oct (Xinhua) -- La solución de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China requiere de la buena voluntad y confianza entre ambas partes, opinaron expertos en comercio y economistas.
Varias rondas de conversaciones comerciales se han llevado a cabo antes y después de que Estados Unidos empezara a imponer aranceles a productos importados de China, sin alcanzar ningún resultado tangible para reducir las fricciones por el cambio constante de opinión de Washington.
SIN ACUERDO A LA VISTA
Estados Unidos parece que no está dispuesto o interesado en alcanzar un acuerdo con China a través de las negociaciones. En cambio, está esperando que China pueda ceder a la presión de aranceles altos y extensos.
"Creo que la administración Trump cree fuertemente en su enfoque hacia el comercio y planea continuar estos aranceles durante el futuro previsible", dijo Simon Lester, director asociado del Centro Herbert A. Stiefel para Estudios de Política Comercial del Instituto Cato.
A menos que haya una crisis en la economía estadounidense, la administración Trump va a mantener su política comercial agresiva, incluyendo los aranceles, dijo Lester a Xinhua.
Sin embargo, el desafío es que la economía estadounidense se encuentra bien en este momento y el país está ignorando el impacto de las fricciones, dijo Chuck Larson, exembajador estadounidense en Letonia y expresidente del partido Republicano en Iowa.
Lester agregó que ambas partes necesitan "sentarse y mostrar buena fe en las ofertas de negociación" para resolver las fricciones, lo que cree no está ocurriendo.
"Cuando se tiene una negociación, ambas partes tienen que dar algo... creo que lo que podríamos hacer es tratar a China como tratamos a todos los demás en antidumping", sugirió Lester.
En opinión de Larson, el presidente estadounidense, Donald Trump, desea un acuerdo y podría surgir. "Creo que algo se logrará más pronto que tarde".
CONTROL EXCESIVO DE EXPORTACIONES DE TECNOLOGIA
La ansiedad de Estados Unidos por retener la supremacía tecnológica y una falta de confianza entre las dos partes han endurecido la posición de Estados Unidos, que está controlando excesivamente las exportaciones tecnológicas a China, dicen expertos.
Larson indicó que esa parte de las cuestiones clave en las fricciones comerciales estadounidense-chinas tiene que ver con la protección de la propiedad intelectual.
El gobierno estadounidense usa la propiedad intelectual para buscar seguridad de la tecnología y después poder económico, opinó James Mendenhall, exasesor general de la Oficina del Representante de Comercio estadounidense.
"Creo que probablemente Estados Unidos controla excesivamente la tecnología", dijo Henry Levine, alto asesor del Albright Stonebridge Group, y agregó que está creciendo la preocupación sobre "el impacto de permitir que se vaya la tecnología".
En agosto, el Acta de Modernización de las Revisiones de Riesgo de la Inversión Extranjera fue convertida en ley por el Gobierno estadounidense, lo que permitió que el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos bloqueara la adquisición extranjera o la inversión en entidades estadounidenses relacionadas con más de 27 tipos de tecnologías industriales consideradas como sensibles.
El acta genera desafíos para las fusiones y adquisiciones por parte de compañías chinas en Estados Unidos, porque la inversión china genera una atención especial, dijo Amiad Kushner, un socio de la firma legal Dai & Associates.
Los controles estadounidenses a la exportación tienen grandes impactos tanto en compañías chinas como estadounidenses, porque las compañías transnacionales podrían trasladar su investigación y desarrollo a otros países, como la India, para mantener la cooperación internacional, dijo George Grammas, un socio de la firma legal Squire Patton Boggs.
AMBOS PEREDERAN POR DISOCIACION
La imposición de aranceles entre China y Estados Unidos a productos con un valor de cientos de millones de dólares ha generado una grave preocupación sobre una posible disociación de las relaciones económicas bilaterales, las cuales crecieron fuertemente y ayudaron a estabilizar las relaciones bilaterales en las últimas cuatro décadas.
Si China y Estados Unidos siguen caminos separados y organizan su economía uno contra el otro ambas partes perderán, advirtió Larson.
"Me preocupa una disociación. Es fácil decir que nos vamos a desvincular, pero eso será muy disruptivo y muy costoso para las empresas y trabajadores de ambos países", dijo Levine.
Una disociación haría que ambas partes empeoren económicamente, afirmó Lester. "Nos beneficiamos tremendamente de esta integración económica. Es una mala economía y una mala política separarnos, dividir al mundo en campos y alianzas separados".
Levine también criticó la previsión de la "píldora envenenada" en el renovado acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, que se cree está destinado a impedir que otros países firmen acuerdos de libre comercio con China, y dijo que hay un largo camino antes de que esto realmente tenga cualquier verdadero significado.
"China se volverá un socio comercial más atractivo que Estados Unidos", declaró Gary Horlick, exconsejero de Comercio Internacional del Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos y exjefe de la Administración de Importaciones del Departamento de Comercio estadounidense.
El Gobierno de Estados Unidos tomó acciones similares en los primeros días de las negociaciones comerciales pero no vio resultados satisfactorios, añadió Horlick.
OMC NO DEBE SER SOCAVADA
Además de las fricciones comerciales con China, la administración Trump también apunta contra la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya que Washington se niega a permitir el nombramiento de jueces para llenar vacíos en la corte de apelaciones de la OMC, el Organo de Apelación.
La acción para socavar a la OMC es "terrible", dijo Levine, quien también mencionó el retiro de Estados Unidos de la Asociación Transpacífico, lo que calificó como un "error" de Estados Unidos.
Un sistema multilateral como la OMC sólo puede funcionar y progresar si las principales economías tienen un fuerte compromiso hacia acciones concretas para abrir sus economías, dijo Levine.
Las reformas sustanciales a la OMC van a ser muy difíciles de lograr dado que los principales países están dando prioridad a los acuerdos bilaterales y regionales, los cuales son considerados útiles para crear presión competitiva para forzar a otros países a abrirse en el mismo nivel, añadió.
"Estamos en una especie de estancamiento si ninguno desea comprometerse con una gran nueva liberalización", declaró, y pidió fortalecer a la OMC en vez de socavarla.