RIO DE JANEIRO, 18 mar (Xinhua) -- Brasil registra un cambio en el perfil de contrataciones para las obras públicas tras las consecuencias de la Operación Lava Jato, beneficiando sobre todo a firmas pequeñas y también a compañías con capital extranjero, según se desprende de los datos del Portal Transparencia, una página web del gobierno para ver todas las licitaciones públicas.
"Hay un cambio visible. Los grandes grupos, que tenían brazos en varios sectores, perdieron espacio, y ganaron visibilidad empresas medias centradas en ingeniería y construcción. Es una tendencia que creo que debe consolidarse en los próximos años", explicó a Xinhua el presidente de la Asociación Brasileña de Infraestructura e Industria de Base (Abdib), Claudio Tanini.
El presidente de Abdib agregó que "las constructoras salpicadas por la Lava Jato se enfrentan a la imposibilidad de ser contratadas por el Poder Público antes de firmar acuerdos con los órganos de control. Algunas ya lo han hecho, pero hay otras que todavía no y por esto no pueden firmar nuevos contratos públicos".
También están ganando espacio en el mercado brasileño empresas extranjeras, como la portuguesa Teixeira Duarte, que recientemente ganó el contrato de obras para la reforma del aeropuerto de Salvador (noreste del país) o el fondo de inversiones Pátria Investimenos.
Aunque la aparición de nuevas constructoras en el mercado es vista con buenos ojos, porque aumenta la competitividad, hay dudas sobre si tendrán condiciones a largo plazo para atender las obras que exijan más aporte tecnológico, a partir de la próxima década. Ello puede hacer que el nuevo gobierno de Jair Bolsonaro proponga cambios legislativos para incentivar el regreso de las grandes constructoras en las licitaciones para obras públicas.
Desde 2014, cuando empezó la Operación Lava Jato, las inversiones en obras públicas en Brasil cayeron de 166.500 millones de reales a los 113.700 actuales, lo que representa un 1,69 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), según el presidente de la Abdib, que destaca que lo necesario para un país en desarrollo es invertir el 4,3 por ciento de su PIB en obra pública.
"El mercado espera que en el primer año de Bolsonaro, haya una continuidad en las inversiones en los campos de transporte, principalmente carreteras, vías de tren y la concesión de aeropuertos y puertos", comentó Tanini.
En opinión de Tanini no se verá "un nuevo ciclo liderado por constructoras medias y pequeñas. Los extranjeros no invierten más porque no hay proyectos, Lo que veo es que los grandes grupos asiáticos tienen futuro aquí y no tardarán en llegar", puntualizó.