BEIJING, 27 mar (Xinhua) -- Un libro blanco publicado hoy miércoles por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete chino) recontó la historia de abolición de la servidumbre feudal mediante la reforma democrática en el Tíbet hace unos 60 años.
Después de la liberación pacífica del Tíbet en 1951, el Ejército Popular de Liberación (EPL) y las organizaciones del Partido Comunista de China (PCCh) en el Tíbet trabajaron con denuedo para beneficiar a los habitantes locales con medidas como tratamientos médicos gratuitos, construcción de proyectos de conservación acuática, y ofrecimiento de asistencia en caso de desastres, según el documento.
En julio de 1954, el colapso de una enorme masa de hielo causó devastadoras inundaciones en el curso superior del río Nyangchu. Las aguas cobraron la vida de 91 personas y destruyeron 170 aldeas, afectando a más de 16.000 habitantes. Para hacer frente a la emergencia, el Gobierno central asignó 800.000 dólares de plata. El Comité de Trabajo de Gyantse del PCCh y la guarnición local del EPL se esforzaron para devolver la normalidad a la zona después de las inundaciones y ofrecieron auxilio a las víctimas, relata el texto.
En contraste, en marzo de 1956, Nagchu Dzong (hoy el distrito Seni de la ciudad de Nagqu) fue azotado por una tormenta de nieve catastrófica. El Gobierno del Tíbet no envió alivio a las víctimas, y en cambio les pidió a pagar sus rentas sin ofrecer ninguna reducción o exención, asegura.
La comparación entre los dos episodios despertó a la gente del Tíbet, y algunos siervos se levantaron para oponerse a la opresión y la explotación, prosigue, y añade que algunos miembros de la clase alta del Tíbet también empezaron a apoyar la reforma democrática y a verla de una manera más positiva.
En las áreas rurales, en las que habitaban unas 800.000 personas, el Gobierno central movilizó al pueblo en una campaña contra la rebelión, la servidumbre y la esclavitud, y a favor de rentas más bajas para la tierra y de una reducción de los interés sobre préstamos. Posteriormente el Gobierno central distribuyó la tierra entre los agricultores, erradicando completamente la servidumbre feudal.
En los monasterios, a través de medidas prudentes y sostenidas, el PCCh puso en práctica una campaña contra la rebelión, los privilegios feudales y la explotación, y abordó asuntos como la persecución política, la opresión de clase y la explotación económica, asegura el libro blanco, y añade que estas medidas abolieron los privilegios feudales, la explotación y el sistema de opresión.
Después de la reforma democrática, 553 monasterios, en los que viven más de 7.000 monjes y monjas, fueron conservados en el Tíbet, lo que satisface las necesidades religiosas de los creyentes locales, según el texto.