California, 01/04/2019(El Pueblo en Línea) - Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Kansas acaba de hacer público el hallazgo de un yacimiento excepcional. Por primera vez, en efecto, se han encontrado víctimas directas del impacto que hace 66 millones de años acabó con la vida de los dinosaurios y del 75% de todas las especies vivas de la Tierra. Los animales de ese yacimiento murieron, todos, durante las primeras horas de la catástrofe, según ABC.
El lugar se llama Tanis, y se encuentra en la formación montañosa de Hell Creek, en Dakota del Norte. Allí, los paleontólogos hallaron una gran cantidad de fósiles de peces y otros animales exquisitamente conservados. Criaturas que vivían en y alrededor de un río profundamente cincelado en el paisaje y conectado directamente con un antiguo mar interior que quedó destruido de inmediato tras la caída del asteroide.
El principio del fin fue un violento temblor que levantó olas gigantes en las aguas de ese mar hoy desaparecido. Inmediatamente después, millones de pequeñas cuentas de vidrio incandescente, cristalizadas por el tremendo calor de la colisión, empezaron a caer desde el cielo. La lluvia de cristales fue tan intensa que incendió de golpe gran parte de la vegetación en tierra. En el agua, los peces luchaban por respirar mientras esas "perlas mortales" obstruían sus branquias.
El agitado mar se convirtió en un muro de agua de más de diez metros de altura que avanzó rápidamente hacia la desembocadura fluvial, arrojando a millares de peces de agua dulce hacia un banco de arena e invirtiendo temporalmente el flujo del rio. Atrapados por el agua en retroceso, los animales y los peces fueron, literalmente, acribillados por cuentas de vidrio de hasta 5 mm de diámetro. Muchos quedaron enterrados en el barro. El diluvio de rocas, arena y perlas de vidrio continuó, por lo menos, durante 20 minutos.
Justo después, una segunda y gigantesca ola inundó la costa y cubrió a las víctimas con grava y sedimentos, sellándolos y preservándolos durante 66 millones de años. En este cementerio fosilizado y único, los peces se amontonan uno encima de otro y se mezclan con troncos de árboles quemados, ramas de coníferas, mamíferos muertos, huesos de dinosaurios, insectos, la carcasa parcial de un Triceratops, microorganismos marinos y amonitas. Y todo ello fue encontrado por el paleontólogo Robert DePalma, y pacientemente desenterrado tras seis largos años de trabajo.