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ENTREVISTA: Desde Bolivia promueven lectura en otros países a través de redes virtuales

LA PAZ, 20 may (Xinhua) -- Un mensaje con la leyenda "Me gusta leer" enviado a través de la aplicación de mensajería para teléfonos inteligentes WhatsApp es suficiente para tener acceso a la RedLectura, una iniciativa desarrollada en Bolivia para fomentar el gusto por los libros.

"Ya son cientos de miles los lectores de diferentes países que se sumaron a la iniciativa del gusto por leer", afirmó el fundador de RedLectura y escritor, Ramiro Calasich, al referirse a su proyecto para promover la lectura de libros a través de boletines virtuales y de la aplicación WhatsApp.

"Promovemos el gusto de leer a través de la distribución de lecturas, la realización de seminarios y la formación de clubes virtuales de lectura. El gusto por leer es la base del hábito lector", dijo este lunes el escritor boliviano a Xinhua.

Relató con orgullo que RedLectura nació en Bolivia y está en al menos 25 países.

El escritor precisó que se trata de una red virtual que impulsa la lectura y que está en puertas de organizar el seminario "El gusto por leer" para colegios y universidades bolivianas.

En estos talleres se mostrarán las metodologías y técnicas efectivas para despertar el deseo por leer en profesores, estudiantes, padres de familia e interesados en general.

Esta red distribuye fragmentos literarios, libros, "eBooks" y documentos a través de WhatsApp.

"La mensajería instantánea nos permite una relación cálida y personalizada con nuestros decenas de miles de miembros", añadió.

La central de RedLectura está en Bolivia, donde surgió como parte del Servicio Internacional de Apoyo Académico en 2012.

En 2013 comenzó a operar como un boletín electrónico y tuvo buena aceptación entre los internautas.

Con el avance de la tecnología y la intención de contribuir a una formación más personalizada, esta red ha explorado otras plataformas digitales como las redes sociales con mensajería instantánea. Y en mayo de 2018 optó por WhatsApp como canal de comunicación con sus miembros.

Calasich comentó que en Bolivia no existen muchos datos actualizados sobre la lectura, sin embargo, una encuesta elaborada en 2013 por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y la Cultura evidenció que en Bolivia se leen tres libros por persona al año en promedio.

"Esta situación incentiva a esta red que pretende la promoción de la lectura y tratar de cambiar este registro para que los bolivianos cambien sus hábitos aprovechando la tecnología. La tecnología nos permite universalizar la lectura, y para ello ya estamos llegando a varios países", aseveró.

Para el escritor y docente de universidades bolivianas, en RedLectura, no sólo es importante el número, de por sí un logro sorprendente, sino que se trata de más de 300.000 suscriptores vinculados por el interés de leer y formarse.

Para suscribirse a RedLectura o para acceder a sus servicios de distribución de documentos, boletines especiales, boletín de convocatorias y otros, los interesados sólo deben acceder al sitio de RedLectura: http://www.redlectura.com.

Otra alternativa es mandar el mensaje "Me gusta leer" al número de WhatsApp +59170534617, tras lo cual el interesado comenzará a recibir lecturas de alta calidad en sus dispositivos móviles.

Calasich invitó a las organizaciones no gubernamentales, intergubernamentales, privadas y otras que editan publicaciones o que realizan actividades educativas a que difundan su información a través de RedLectura.

"Las instituciones tienen información valiosa, la clave es llegar al público correcto. Bueno, aquí tienen a esta red donde encontrarán gente culta", comentó.

Calasich lamentó que se hable mucho de estimular el hábito lector, pero no se aborda el tema esencial que es "sin gusto no hay lectura".

Consideró que leer es una actividad individual que debe hacerse por gusto, de otra forma la persona no leerá o lo hará de mala gana, sin posibilidad de disfrutar de aquellas estupendas historias que esperan en los libros de ficción, y terminará por tener una franca aversión por los libros, como ocurre con frecuencia.